Más de lo mismo
Hace ya bastantes años, el profesor Béthencourt Massieu
afirmó públicamente que los políticos canarios que redactaron el Estatuto de Autonomía no sabían Historia, porque, de haberla conocido, hubiesen hecho un texto más acorde con los cinco siglos de relaciones de Canarias con el Estado.
Ahora que se vuelve a hablar de nacionalidades históricas, basándose en fueros y privilegios centenarios, hay que decir que Canarias también tiene Historia, y tiene cédulas, provisiones reales y franquicias seculares tan especiales como las que puedan argumentarse desde Cataluña o Euskadi. La provincia única es un disparate, la división provincial, otro, y parece que nadie se ha dado cuenta de que Canarias es primero siete islas y después un archipiélago.
¿Para qué demonios están entonces los cabildos? ¿Por qué tanta pega a la cabildización? ¿Por qué tanto miedo al Estado Federal? La Historia es implacable si no se aprende de ella, y esto es lo que enseña la Historia de Canarias.
Y la de España.

