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Europa ya no es lo que era

El paseo que ha dado Obama por Europa se parece mucho a la gira de una estrella del rock. Siempre sonriendo, siempre acompañado por su esposa con un modelito diferente cada vez, dando la impresión de querer rememorar aquella mítica gira de John Kennedy y Jackie que los consagró como la pareja más glamurosa de la política del siglo XX.
En aquel viaje de los años sesenta hubo dos momentos que siempre se recuerdan, uno político y otro simpático. El primero fue cuando, para mostrar el apoyo de Estados Unidos a una futura reunificación de la entonces partida ciudad de Berlín, el Presidente dijo: «Yo también soy berlinés».
El segundo momento para el recuerdo es la llegada de la pareja a París, recibidos multitudinariamente y fascinados los parisinos por la elegancia de Jackie. Al ver que la gente estaba más pendiente de su esposa que de él, Kennedy se dirigió al público con esta frase: «Yo soy el tipo que acompaña a la señora Kennedy».
321.jpgEran otros tiempos, y ni Europa es la misma, ni Obama llega como el gran salvador pues Estados Unidos tampoco está en cima económica como entonces, ni Michelle, su esposa, puede acreditar el glamour de Jackie, aunque en su favor hay que decir que lo intenta, pero encima tiene competencia europea en Claudia Bruni, la fascinante esposa del presidente francés.

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DOMINGOS IMPOSIBLES (XIV)

El perro de Paulov
Cuando era estudiante me impresionaban algunas cosas que son muy viejas y que para mí era novedades. Descubrí que la Humanidad ha ido avanzando dando pequeños pasos, que parecen imperceptibles pero que han cambiado el mundo. Siempre se toman como grandes hitos el descubrimiento del fuego o el de la rueda, y es indudable que lo fueron, pero hubo otros, más pequeñitos, que también cambiaron los equilibrios y determinaron el futuro. Ahora mismo recuerdo que leí que los hititas se impusieron a los egipcios porque en sus cuádrigas de combate rodaron las ruedas un poco más adelante, con lo que sus máquinas tenían mayor maniobrabilidad, o que los mongoles eran unos jinetes insuperables porque fueron los primeros en usar el estribo, lo que les permitía mantenerse encima del caballo con las dos manos libres para usar las armas, frente a jinetes que se caían y que encima luchaban con una sola mano porque la otra la tenían ocupada con las bridas.
Perro paulov.jpg Recuerdo que una de las cosas que más me impresionaron fue la lección de psicología en la que se hablaba de los reflejos condicionados, y como ejemplo ilustrador explicaban el experimento de Paulov, un ruso que descubrió que cada día, poco antes de la hora de comer, su perro comenzaba a insalivar, porque su inconsciente relacionaba la hora del día con la comida. Esto no me pareció determinante, pero luego vi que todos nos comportamos como el perro de Paulov, porque hay estímulos que nos reproducen momentos importante o simplemente inolvidables en su pequeñez.
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Los olores son importantísimos, y un olor nos devuelve a la infancia, a un lugar remoto o a un momento especial, que estuvo impregnado de ese olor. A veces nos salta a la memoria algo que hacía veinte años que no recordábamos, y es porque algo que olía de una manera concreta activó la memoria olfativa de otro momento. Sé de alguien que cuando le llega olor a aceite de motor (qué cosa tan prosaica) se emociona, porque lo traslada a unos momentos felices en los que había aceite quemada de motor por todas partes. Qué curioso.
Y la música, ese sí que es un reflejo condicionado que activamos constantemente. Hay parejas que tienen «su canción», no porque sea una gran canción, sino porque fue la primera que bailaron o la que sonaba el día que se conocieron. Todo el mundo espera que la canción especial sea un gran tema de Elvis, Sinatra, Mina o Edit Piaf, pero casi siempre es una canción corrientita y a menudo incluso una mala canción. Pero vete a arrancar de un cerebro la emoción que le produce una canción pachanguera de un cantante espantoso, pero que era la que sonaba cuando besó por primera vez a la persona que más amó. Ese es un reflejo condicionado, y todos llevamos en la cabeza el mismo mecanismo que el perro de Paulov.
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La primera foto circula por ahí con un pie que asegura que ese era el famoso perro de Paulov. A lo mejor, pero da igual. De lo que sí estoy seguro es de que el tipo de la foto en blanco y negro es un tal Frank Sinatra.

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No me agobies, mujer, que estoy liado

Ya lo sé, tenemos pendiente ir al cine a ver la Almodóvar, pero es que no doy abasto. La semana que viene tampoco. Es una semana endiablada, tengo que estar en la reunión del G-20 en Londres, después en la de la OTAN en Bruselas, en la de la Alianza de las Civilizaciones, a la que no puedo faltar porque es un invento mío, y encima hay una cena de los mandatarios europeos con Obama en Praga.
sonsoles.jpgYa, ya sé, en Praga, podrían haberla hecho más cerca, o aquí mismo, encargamos unas pizzas y ponemos unos vídeos. Pero ya sabes cómo son y es que este semestre es Chequia quien preside la UE. Ah y no te comprometas con nadie ese día, porque a esa cena de Praga tienes que ir tú. Ponte algo discreto, háblate con Elena Benarroche pero dile que no se lance, que luego sacan las cuentas de lo que llevas encima y nos ponen verdes. No se te ocurra colgarte un pedrusco de esos que arregla Felipe González poniéndole una argolla y un cordón de cuero, que sabes cómo nos criticaron cuando llevaste uno el Día de la Pascua Militar. Menos mal que Carme Chacón se vistió como Fred Astaire y la canallesca tuvo bastante carnaza con ella, porque si no…
Y luego viene Semana Santa, y es que no paro, y al menos voy a ver si saco tiempo para ver los dos partidos de la Selección Española contra Turquía. De todas formas, no me lo cargues todo a mí, que tienes amigos en el partido. Podrías llamar a Caldera, a Touriño o a López Aguilar… Bueno, mejor no los llames, porque entonces les deberíamos un favor. A Bermejo tampoco. Trataré de buscar un hueco, y si hace falta me pierdo uno de los partidos de la Selección.
¿Pero qué dices? ¡Ni loca se te ocurra ir al cine con Garzón!