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Que aguanten otros los residuos nucleares

Vaya por delante que se echa en falta una política decidida encaminada ir aminorando la dependencia del petróleo y las centrales nucleares, pero también es verdad que vivimos en una sociedad exigente en servicios pero muy melindrosa cuando hay que arrimar el hombro. Queremos tener electricidad pero no que haya cerca una central sea del tipo que sea, porque nos molestan los humos o puede haber radiactividad; queremos estar comunicados por móvil en todas partes, pero no queremos una antena frente a nuestra casa; queremos que los delincuentes sean confinados para seguridad de todos, pero nos molesta una cárcel cerca; nos gusta estar comunicados pero no queremos que nos pongan al lado de un aeropuerto.
Y así pasa con todo. Pero creo que hay que elegir. Si derrochamos electricidad de alguna parte hay que sacarla; si queremos móviles bien comunicados tendrán que colocar antenas; si … Bueno, que queremos el beneficio pero no las servidumbres del bienestar. Es posible vivir de otra manera, pero tendremos que hacerlo entre todos, porque ya estoy cansado de que ecologistas de boquilla, con sandalias de piel bovina y pelliza con pelo de conejo, me den lecciones de amor a los animales, mientras se comen una chuleta asada en una barbacoa de carbón.
znuclear.JPGEstá claro que el uranio enriquecido es letal si no se manipula con seguridad, pero no me tranquiliza mucho que no haya centrales nucleares en España cuando hay docenas en Francia y ya quieren instalarlas en el sur de Marruecos. Si hay un accidente, Los Pirineos y el Atlántico no nos van a proteger, porque la radiactividad no conoce las fronteras de los mapas. Pero, eso sí, que haya electricidad para la vitro, la tele, el ipod y el móvil, y que este tenga buena cobertura para poder convocar con mensajes manifestaciones anti-todo.

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Sobre la información de Haití

Tengo que decir ante todo que creo firmemente en la libertad de expresión, y que cada medio tiene su propia perspectiva de un mismo hecho, por lo que es importante y fundamental que haya pluralidad informativa. Es normal y necesario que en la guerra haya corresponsales libres que informen para así conocer lo más aproximado a la verdad, y esto es sin duda un freno para los excesos que siempre se cometen. No en vano, cuando los ejércitos quieren hacer una operación determinada y no les conviene que se sepa todo restringen las corresponsalías y sólo dejan ver lo que les interesa.
zperio.JPGEsto es así, pero cuando se produce una catástrofe natural de las dimensiones de lo ocurrido en Haití, no acabo de entender que cientos de medios desplacen hasta allí a su gente y sus equipos. Cierto es que la información ayuda a conocer la magnitud del desastre, pero también lo es que todos estos periodistas -que por otra parte realizan un trabajo muy meritorio y arriesgado- consumen agua, alimentos, electricidad y gasolina. Todos los medios importantes de España tienen ya en Haití a sus enviados especiales, y supongo que lo mismo ocurrirá con los medios de otros países, lo cual da una cifra enorme de personas, con cámaras que consumen energía, usan coches y aviones y, por supuesto, comen y beben agua.
Digo yo, que, ante la enorme falta de medios de toda clase, poner más carga al burro es contraproducente, y entendería que, bajo el paraguas de la ONU, hubiese varios equipos informando continuamente y que esas señales, fotos y artículos fueran de uso general para cualquier medio de cualquier país. En Haití hace falta de todo, y es bueno que se sepa al minuto, pero tal vez sea un exceso, porque tanto periodista entorpece sin querer el trabajo necesario. No sé si tengo razón, o es un exceso -esta vez por mi parte-, pero siempre que veo estas cosas, sea ahora, sea en el tsunami de 2005, sea en los terremotos de Turquía, Italia o Irán, me viene a la mente la foto del niño somalí moribundo por el que estaba esperando un buitre. No deja de machacarme la idea de que el fotógrafo -que ganó el Pulitzer por esa foto- había comido y estaba a dos metros de distancia. Y digo esto por ser práctico, porque los periodistas trabajan desde la buena fe y la profesionalidad, que es éticamente plausible, al contrario de esos cruceros de lujo que -según informa The Guardiancelebran fiestas en playas haitianas a pocos kilómetros de la tragedia, aunque también sobre eso hay informaciones confusas.

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Sin memoria no hay futuro

Acaba de ser archivada la denuncia sobre las desapariciones del franquismo en Canarias que fue presentada por la Asociación de la Memoria Histórica de Arucas. No soy experto en Derecho y pienso que tal vez para que eso haya sucedido existan razones o carencias jurídicas, pero lo que sí tengo claro es que cerrar las heridas en falso es malo, porque el futuro es siempre la proyección de la memoria del pasado.
zacan.JPGLos terribles hechos que sucedieron durante la guerra civil y la postguerra se convierten así en una nebulosa que puede ser obviada porque sin resoluciones firmes se aproxima en el pueblo a la consideranción de mito, y ya sabemos que los mitos son tema de conversación pero no de rigor histórico. En Canarias hubo crueldad, venganza y sangre escondida en pozos, simas y acantilados, como en toda España; y esas heridas siguen ahí, esas personas continúan en el limbo y merecen que se reconozca su asesinato y como seres humanos pertenecientes a una cultura determinada un entierro digno.
Después de la Ley de Memoria Histórica estos procesos han recorrido un camino extraño, con paradas en la Audiencia Nacional, presiones políticas en las alturas y la remisión posterior a los juzgados de los lugares donde se habían presentado las denuncias. De esta manera, la ley se ha convertido en papel mojado, pero es necesario terminar esa labor porque lo merecen los muertos, lo necesitamos como sociedad y es imprescindible para la vida libre y democrática de las futuras generaciones. Volver a sepultar a nuestros muertos en una tumba desconocida puede ser el comienzo del olvido y de que acabemos un día por ignorar quienes somos.