Tres tristes tigres
Ayer se escaparon varios tigres de su jaula en un zoológico de Agüimes y el asunto acabó con la muerte de tres felinos a tiros. No seré yo quien entre a discutir las decisiones de las fuerzas de seguridad, puesto que si el peligro era tan evidente no hubo más remedio que hacerlo. Pero no justifico lo sucedido, porque las autoridades tienen que exigir a los promotores de estos parques unas condiciones de seguridad no mínimas, sino máximas.
Para empezar, no se entiende que en el propio zoológico no hubiera dardos adormecedores suficientes. Por supuesto, también tiene que haber personal especializado para manejar estos dispositivos. La prioridad de la Guardia Civil es velar por la seguridad de los ciudadanos, y cuando se llega a tales extremos tiene que tomar decisiones, porque si uno de los tigres hubiese herido a alguien ahora se estaría diciendo que por qué no lo mataron.
Por ello, es necesario mayor rigor en el control de estos establecimientos. En algunos hay animales muy peligrosos, sea por su ferocidad, sea por su veneno, y pueden escaparse. Sería una pena. Porque Canarias es uno de los pocos lugares del mundo en los que no hay fieras ni animales venenosos, pero si no se toman medidas esto puede cambiar. La verdad es que lo siento por los tres pobres felinos, cuya única culpa es actuar según su naturaleza.