¿Quieren que seamos un país de chivatos?
La Ley antitabaco es la que es, y digo de antemano que me parece bien. En todo caso, la ley es la ley y hay que cumplirla. Y a nadie que tenga dos dedos de frente se ocurre defender el tabaco cuando está demostrada su malignidad. Es otra cosa de la que quiero hablar a colación de todo esto, pues en el preámbulo de todas las leyes que firma el Rey suele decir que la misma se hace para que los ciudadanos la cumplan y la hagan cumplir. Son todas las leyes así, por eso existe la posibilidad de que los ciudadanos denuncien infracciones de cualquier tipo, sea en asuntos de violencia de género, tráfico o cualquier otra cuestión. Lo que me parece indecente es que se insista tanto en que cualquier infracción contra esta nueva ley puede ser denunciada y se garantiza la confidencialidad. Se invita de esta manera, y más si lo hace una ministra como la de Sanidad, a que nos convirtamos en delatores, cosa que tiene su miga porque pudiera suceder que haya gente que se exceda y denuncie injustificadamente por diferencias personales con alguien. Está la ley; que se cumpla, pero no estén incitando a la gente para que se conviertan en chivatos. Eso, además de ser una práctica excesiva y poco segura (no sería el caso con la violencia de género) es feo, como dirían en mi barrio. Señora ministra de Sanidad, aplique la ley, pero no predique la delación y el chismorreo, que se empieza denunciando a un fumador y acabamos controlando la vida de los demás, la antesala de un estado policial en la que todos desconfían de todos.