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Si fuera verdad

No está confirmado, pero parece ser que la crisis ya es agua pasada. Ha dicho el Presidente del Banco Mundial que haciendo no se qué operación las economías estatales castigadas en los últimos tres años quedarían boyantes. la_mejor_inocentada_2008__thumb[1].jpgEsto quiere decir que, con carácter de urgencia, se va a aprobar en el Parlamento una ley adicional a la de Presupuestos Generales del Estado en la que se suben todas las pensiones, se restaura el 5% a los funcionarios (incluso devolviendo lo restado desde junio), se mantiene el cheque-bebé y dejan a Gallardón que pida más préstamos a los bancos. Esto viene muy bien para los más pobres y las clases medias, porque también ha dicho el Banco Mundial que hay que poner topes a los salarios máximos de políticos, altos ejecutivos y consejeros de grandes corporaciones, de manera que nunca puedan superar en el total de percepciones más de cinco veces el salario mínimo (unos 3.000 euros mensuales). Los ingresos netos de los cantantes, futbolistas, estrellas de la televisión y demás facturadores multimillonarios no podrá superar el millón de euros anuales, y así se abaratarán las entradas a espectáculos y la publicidad y redundará en el precio de las cosas. Aznar ha dicho que esto es el fin del libre comercio, se ha mesado los cabellos y ha tenido que dejar su empresa porque es incompatible con el Consejo de Estado, donde cobrará «solamente» 42.000 euros anuales brutos. Es la solución justa que hemos estado pidiendo…
Sería bonito ¿verdad? Lo malo es que hoy es Día de los Inocentes.

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Premio, medallas, diplomas

A unos les dan la flor de no sé qué; a otros la medalla de nosecuántos, el premio de tal o cual, el Oscar, el Globo, el Oso o la Espiga, la orden de la cacharrería o el guante, la bota o el balón de oro. Todos son personajes famosos en lo suyo y más allá, generalmente bien cubiertos y sin necesidad de más trastos que no saben dónde guardar. essspum.JPGHace unos días le robaron al tenista retirado Peter Sampras un montón de copas y medallas, que tenía guadadas en un almacén de Los Angeles porque en su casa no le cabían, o le molestaban. Por lo visto, obtener uno de esos trofeos o reconocimientos no vale tanto en sí mismo como que te lo den a ti y no a otro. Y luego viene la consiguiente pregunta: ¿Es que ya no se hacen las cosas por el mero placer de hacerlas? Todo tiene que venir corroborado con un premio, una medalla o un galardón que nada añade a lo que se ha hecho, pero, claro, no se trata de tenerlo, sino de que no lo tenga el otro. Luego los guardan en el trastero o un almacén, porque ya son chatarra. ¿Que habrá hecho Jack Nicholson con sus estatuillas de los Oscars, Federer con sus copas o Vargas Llosa con las medallas y los pergaminos que lo acreditan como ganador de incontables premios? Alguien me decía que a los ganadores de Roland Garrós y Wimbledon les dan una copa muy celebrada y a los finalistas una bandeja, que recogen a regañadientes y por lo visto pocos guardan porque esa bandeja es la constancia material de que perdieron la final. Vanidad, espuma, burbujas y no otra cosa. Hacer bien algo ya debería ser suficiente satisfacción.

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Se acabó el pastel

No hacía falta ser adivino para saber hace mucho tiempo que la tarta de las televisiones no iba a dar para que sobrevivieran tantos canales. Profesionales expertos del medio, como Manuel Campo Vidal o Juan Pedro Valentín, lo han dicho aquí y allá cada vez que han tenido ocasión. Y lo que se veía venir ya es una realidad, que empezó con el estampido de Vía Digital y ha seguido con las fusiones de las grandes cadenas. Con la TDT se ha tratado de hacer algunos canales de pago, pero son muy minoritarios; lo cierto es que el mundo audiovisual se mantiene en buena parte por los presupuestos públicos que alimentan las televisiones públicas.
meter-la-pata[3.JPGLuego está el fútbol, que parecía la panacea para salvar al sector, con un mecanismo diabólico por el que pagamos todos. Esto fue el detonante de otra burbuja, la de los millonarios sueldos y traspasos de los futbolistas de élite, en el que enredaron los clubes con el sueño de que la televisión lo pagaría todo. Y la televisión cobra de la publicidad, que es un gasto añadido al precio final del producto anunciado, por lo que al final pasa por caja hasta quien nunca ha visto un partido. Y la burbuja audiovisual empieza a desinflarse, porque encima, con la crisis, los presupuestos públicos se recortan hasta en los canales autonómicos.
Ya están cerrando canales, y esto acabará trasladándose al balón, porque esos dos mundos, los de la televisión y el fútbol muy relacionados económicamente, se volvieron locos pagando a figuras deportivas y mediáticas salarios irracionales. No es sólo que Messi o Cristiano cobren 12 millones libres de impuestos, es que cualquier jugador de segunda división cobra un sueldo que ríete de los controladores aéreos (no he oído decir nunca que Casillas es un privilegiado). Y en la televisión igual: presentadores de tres millones, fichajes de damas de buen ver por un millón… Un disparate, y las pantallas empiezan a estallar.