Reforma con cartas marcadas
Las reformas que se están acometiendo y otras que son inminentes parecen diseñadas para fortalecer aún más a los fuertes en lugar de crear seguridad para los menos favorecidos. Mientras nos dicen que hay que calcular la jubilación con arreglo a los últimos 20 años cotizados, vemos que los políticos se aseguran pensiones vitalicias que hacen sonrojar, que cobran sobresueldos sin que para ellos funcione la Ley de Incompatibilidades y cosas por el estilo que todo el mundo sabe y nadie controla desde la oposición porque finalmente van en el mismo barco. Están empujando a la gente a hacerse planes privados de pensiones, con lo que ese dinero va a estar en manos de grandes corporaciones financieras que incluso puede que tengan la suerte de que el cotizante muera antes de cumplir la edad de jubilación. Y mientras nos dicen que hay que trabajar más años, al menos hasta los 67, esas mismas corporaciones prejubilan a gente con pensiones abultadas, que salen de la caja común y así ellas se ahorran un salario y una cotización, a veces hasta buena parte de la indemnización, pues no es lo mismo despido que prejubilación. Es decir, aquí quienes reparten las cartas las han marcado previamente, y me creeré esa reforma cuando los expresidentes del Gobierno, de la Generalitat o de donde sea cobren la pensión máxima autorizada, y no el doble o el triple, y que encima les sea incompatible con su pertenencia a consejos de administración bien pagados, o que no cobren nada y vuelvan a sus antiguas ocupaciones. Entonces lo creeré, antes no.