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Nadal es solo un estímulo

Nadal se está convirtiendo en un tenista de leyenda, como Laver, Sampras o el mismo Federer al que siempre vence en París. Lo mismo pasa con Contador, que ya he perdido la cuenta de sus grandes rondas ganadas, o la selección española de fútbol, o los récords del Barça, el motociclismo, la Fórmula 1 y los anillos americanos de Gasol. Me parece bien, y es bueno que pongan a España en las portadas de los medios de todo el mundo, pero ya está empezando a cansarme el discursito de que estos deportistas son un ejemplo para nuestra juventud. 220px-Lorbeerkranz[1].pngEn todo caso son una inyección de moral para la sociedad, pero no se les puede imitar porque son inimitables. Han nacido con un talento y unas dotes especiales para hacer lo que hacen, han trabajado mucho, han llegado muy lejos; la mayor parte de la gente carece de esos talentos, y en caso de tenerlos no aparece la oportunidad ni los apoyos para lucirlos. Miles de niños sueñan con coronarse en un podio de los Campos Elíseos, ganar Roland Garros, levantar la Copa del Mundo o ser el sucesor de Messi. Al final, en lugar de ejemplos son fuente de frustraciones (como las miles de chicas que quieren ser modelos), a la vez que banderines de engache de unas marcas que sólo quieren vender. Un gran negocio, vendiéndole a los niños raquetas de las usa Nadal, cullotes como los de Contador, Camisetas con el color y el número de este o aquel futbolista, merchandising de mil objetos que van desde sábanas hasta chuches. Me creería la ejemplaridad de estos héroes contemporáneos si su premio fuese como antaño una corona de laurel. Ahora no son un ejemplo, pero sí es cierto que son una reafirmación del espíritu de tribu.

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La obsesión por los senos femeninos

manet-edouard-die-blonde-mit-entbloessten-bruesten-1878-1062004[1].jpgSe podría entender perfectamente que hace cuarenta o cincuenta años hubiera curiosidad por ver unos senos femeninos, porque era asunto tabú, lo mismo que en el siglo XIX era imposible visualizar los tobillos descubiertos de una dama, siempre ocultos bajo enaguas inmensas, faldas como carpas de circo y botines. A nadie se le ocurriría que, medio siglo después, hacia 1930, ver los tobillos desnudos de una mujer fuese una novedad. Ya sé que los senos tienen otra mitología, y cuando en España empezó el famoso destape de los setenta tenía su explicación. Pero es que llevamos cuatro décadas viendo tetas de todos los tamaños, formas y colores, y francamente no parece una primicia. Sin embargo, hay revistas que basan su atractivo en una portada con una mujer mostrando los senos, y se pagan jugosas cifras si la fotografiada es una estrella del cine, la canción o incluso de la política (ha habido concejalas que se han mostrado desnudas en una revista). Lo que ya me parece casi enfermizo es que sea noticia que Sara Montiel, con 83 años, vaya a enseñar sus senos en una película, sobre el cadáver de cuerpo presente de su marido. Eso ya no es erotismo, es morbo de la peor ralea. Siguen empeñados en hacer del sexo un mercado, y me malicio que casi siempre eso va en detrimento de la mujer.

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El CD Tenerife como metáfora de Canarias

Lo que ha sucedido con el CD Tenerife me recuerda al primer descenso de la UD Las Palmas a 2ª B. Viniendo desde las alturas de la Primera División el equipo se ha precipitado en un abismo sorprendente, porque al ser un equipo recién descendido estaba llamado a luchar por el ascenso. Pero algo ha pasado, y aunque ya es tarde para evitar el desastre no lo es para reflexionar y aplicarlo en el futuro. Aquí, allá y acullá los equipos de fútbol han servido para muchas cosas, y no siempre para metas deportivas. 30mayo.JPGCanarias casi siempre tuvo un equipo en Primera División, y en los peores tiempos han estado los dos en 2ªA. Ahora estamos en la peor situación posible, y desde luego lamento que el CD Tenerife haya descendido, porque las rivalidades y los piques están muy bien cuando ambos clubs están arriba, y eso es lo que esperamos ver algún día, aunque con la relación cada vez más directa que tienen el fútbol y el dinero ese proyecto puede resultar imposible. A lo mejor, si miramos un poco por la cantera, dentro de unos años (décadas tal vez) ese milagro sea una realidad. Aunque viendo (en cualquier actividad) cómo se menosprecia a los que se quedan y se enaltece a los que salen, para que once canarios ganen una liga tendrán que ir vestidos con las camisetas del Barça o el Real Madrid. Medallas de oro de Canarias son Molowny, Pedrito y Silva, grandes futbolistas vestidos con camisetas foráneas. ¿De los que hicieron su carrera aquí nadie merece tal honor? Se me ocurre, por ejemplo Germán Dévora, en opinión de muchos el más grande futbolista que ha dado Canarias. Pero, claro, sólo jugó en la UD Las Palmas. No es ninguna tontería y ya ven el resultado de esta baja autoestima colectiva de una tierra que tiene como himno la música de una nana.