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¡Que vienen los extraterrestres!

zFoto0027.jpgLas supuestas visitas de los alienígenas a La Tierra son un tema recurrente que ha dado lugar a mucha literatura y más cine de ciencia-ficción, y desde luego el periodismo no se ha quedado atrás, pues de vez en cuando aparecen reportajes, noticias o rumores, como el más reciente, que nos asegura que John F. Kennedy fue asesinado porque iba a revelar los contactos «permanentes» que hay con seres de otras galaxias. En el cine hemos visto extraterrestres malvados y benefactores, altos y transparentes, bajitos, con formas de lagarto y hasta con capacidades para cambiar su aspecto a voluntad, y en programas y revistas nos alertan sobre la posibilidad de que culturas antiguas estuvieran iluminadas por la superioridad científica, tecnológica y moral de los visitantes (¡ya lo tengo, los marcianos son alemanes!) También se dice que el Proyecto Apolo tenía previsto ir más veces a la Luna, pero la misión del Apolo XVIII fue suspendida (ahora viene el rumor) porque los del anterior viaje encontraron en nuestro satélite restos de una base alienígena (sobre esto hay incluso una película dirigida por el español Gonzalo López-Gallego) La cuestión es que seguimos soñando con otros mundo y hasta tratando de conquistarlos, mientras destruimos nuestro planeta, que es una maravilla. Y de los extraterrestres pordríamos decir lo mismo que dijo Frédéric Beigbeder sobre Dios: «Después de todo lo que los hombres han hecho por él, podría por lo menos haberse tomado la molestia de existir, ¿no os parece?». En esto también se parecen ambas cosas, porque tanto los contactos (encuentros en la III fase), como las apariciones divinas, siempre ocurren en lugares recónditos, nunca en la plaza mayor de una gran ciudad o en un estadio repleto de gente mientras televisan un gran evento.

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Predicar y dar trigo

Ayer publicaba Canarias7 una entrevista con Emilio Duró, que es presentado como economista y experto en liderazgo. Este hombre se ha convertido en una de las estrellas de Youtube, lo mismo que hace un par de años se hizo popular Leopoldo Abadía. Este lo hizo hablando sobre la crisis desde el realismo pesimista, aquel desde una óptica supuestamente optimista, pero ambos están sacando un gran rendimiento a la crisis. Duró se ha hecho famoso, además de porque habla zzFoto0002.jpgcomo una ametralladora, por predicar un optimismo exacerbado que se basa en lugares comunes como los valores eternos del ser humano, la capacidad de lucha, el saber enfrentarse a la adversidad. Dice cosas muy efectistas, con frases muy sonoras, que pretenden ser alentadoras pero que en el fondo son culpabilizadoras («No te han echado del trabajo, te has echado tú», «Si eres brillante, eres bueno, si trabajas y lo haces bien, no creo que te echen. Y si sucede es porque te tenían que echar. Seguro que el universo te tiene reservada una sorpresa»). Es un sermón al que le han sacado mucho partido los que hablan de autoestima, de sentirte un ser único y especial en el Universo y frasecitas parecidas que se repiten como letanías. Ve a decirle todo eso a quien ha perdido su casa o a quien lleva años topándose con un No cada vez que busca trabajo. «Cuando estoy hecho polvo, me voy a correr», dice Duró como consejo. Eso puede hacerlo alguien con éxito personal que tiene un mal día, no quien ha perdido su trabajo y se le cierran todas las puertas. El que resolvía sus problemas corriendo era Forret Gump, y era una película. De manera, que la línea de Duró se parece al sermón que proclama que una determinada desgracia es una prueba que Dios nos envía, o a los discursitos pseudoesotéricos que llaman a unir energía cósmicas (nunca he entendido por qué medio hay personajes que dicen controlar unas energía de las que ni Einstein tuvo noticia). No es lo mismo predicar que dar trigo.

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Productividad

Hace años que venimos escuchando el guineo de la productividad, pero no explican bien porque tiene distintos significados. Para unos se trata de que se trabaje más y se cobre menos, eso está claro. La otra cuestión es cómo medir la productividad, y cuando se demuestra que en España se trabajan más horas que otros países tenidos como modelos, el argumento en contra es que ellos son más productivos. Siempre nos ponen el ejemplo de Alemania, pero yo veo que para dar los resultados de unos análisis los laboratorios tardan lo mismo que en España. Habría que preguntar también cuánto cobra un trabajador alemán y otro español que hacen lo mismo, porque luego los precios en la calle son parecidos y el poder adquisitivo es distinto. Y siempre me planteo cómo se mide la productividad de un guarda jurado y de otras profesiones en las que el resultado depende también de muchos elementos distintos a quien trabaja. Ejemplos claros son el trabajo de profesor o el de médico.
zzzzzzzzzzzzzzCharles].jpgEn cuanto a los funcionarios (seguramente habrá gente que merece un escarmiento y debe hacerse, pero son minoría) que son objeto de escarnio constante, tengo que decir que siempre que voy al Ayuntamiento, a la Agencia Tributaria, a alguna oficina de gestión del Gobierno de Canarias o a Tráfico, me atienden con diligencia. Es verdad que a veces se arma un laberinto burocrático, pero eso no es culpa de los funcionarios sino del sistema obsoleto que está en vigor. La gente protesta porque hay unas colas inmensas para renovar el DNI, y culpan a los funcionarios; luego vas a la comisaría y ves que hay tres personas que trabajan sin respiro para atender a centenares de ciudadanos. La culpa es de quien no destina más funcionarios a esta tarea. Lo que está claro es que para las verdes a los trabajadores españoles nos dicen de lo peor, pero cuando tratas de igualar salarios con otros países ponen el grito en el cielo. Y no me escondo para decir que muchos empresarios están aprovechando la crisis para mandar gente al paro y hacer el mismo trabajo con menos gente. A eso es a lo que por lo visto algunos llaman productividad.