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Misterios de los artistas

Jon%20Voight[1].jpgCuando nos cuentan las malas relaciones que tienen Jon Voight y su hija Angelina Jolie, o las penurias que pasaba la madre de Demi Moore en un remolque mientras ella nadaba en dólares tenemos que pensar que la fama debe tener algún mecanismo que nos embrutece. Por mucho que nos justifiquen una ruptura de pareja que lleva aparejado el alejamiento de la hija, o el alcoholismo de la madre de la protagonista de Ghost, siempre hay un modo de tender puentes, y más si a menudo se trata sólo de dinero, que en estos casos suele haberlo a espuertas.
Y es que suelo llevarme sorpresas y decepciones con personajes que son grandes artistas en cualquier género, que luego descubres que en su vida privada eran unos seres terribles. Unos maltrataban a su mujer y a sus hijos, otros traicionaron a todo bicho viviente, y la mayoría de ello son unos ególatras intratables. Y no se comprende cómo gente con una sensibilidad tan desarrollada para las artes, que pueden emocionarte interpretando a un personaje, o componen una partitura que te deja sin respiración, sean en la vida cotidiana unos bestias o simplemente unos pedruscos que respiran por casualidad. Eso es para mí un misterio.

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Genios insufribles

Para serles sincero, no creo en más genios que en los que salen de las lámparas maravillosas de los cuentos de Las Mil y una noches.
lampara.jpgCreo en el talento, en la inteligencia, en la ituición y sobre todo en el trabajo. Es evidente que si hablamos de Leonardo Da Vinci o de Mozart enseguida sale a relucir la palabra genio. Pero no creo que ni estos lo fueran, y mucho menos cuando a un científico, artista o deportista que ha alcanzado grandes cimas por su talento y su trabajo se le corona como genio, aunque ya se ha vulgarizado el adjetivo genial -que yo también utilizo- para adornar algo sublime o incluso para asignarlo a una persona.
Otro lugar común que circula por ahí es que estos genios talentosos o como quiera llamárseles son unos sociópatas, gente de mal carácter que se vuelven insufribles para quienes conviven con ellos. Eso han dicho de Picasso, Beethoven, Einstein, Carusso o de Klaus Kinski. Yo no sé si eran insufribles, pero si lo eran tenía que ver con la soberbia, la prepotencia, la locura o que simplemente eran malas personas, aunque fueran grandes en lo suyo.