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¡Viajeros al tren!

Aunque lleva dos meses calentando la caldera y resoplando en la estación, hoy parte de verdad el tren de Obama. También es verdad que a veces ha habido demasiado silencio por parte del presidente electo, que se tostaba al sol de Hawaii, calladito, mientras el horror se desencadenaba en Gaza. Es una paradoja que un hombre que pasa por ser uno de los mejores oradores que se recuerdan (lo llaman el nuevo Cicerón), desaproveche esa elocuencia cuando más falta hace, aunque me parece que sé lo que habría dicho de haber hablado.
jptren1701090[1].jpgTodos dicen que Barak Obama -Barry para los amigos- tiene un pico de oro, lo cual es una gran virtud cuando se ocupa un escaño parlamentario, porque de eso tratan los parlamentos, de construir con palabras un proyecto común. Pero las palabras no son la panacea cuando se tiene el poder real, porque no funcionan como conjuros mágicos. En política -y menos en política internacional-, no hay abra/cadabra que valga, sólo cuentan los hechos.
Y el bueno de Barry ha querido homenajear a Lincoln, lo cual me parece un gran detalle porque el mítico presidente que ganó la guerra contra el Sur fue el adalid de la lucha contra la esclavitud de la raza de Obama; es de ley que se lo agradezca realizando su legendario viaje en tren desde Filadelfia (ciudad donde los padres fundadores dieron forma al nuevo estado) hasta la capital federal. Las palabras son importantes y los gestos también. Pero ha llegado la hora de los hechos.
Que tenga usted mucha suerte, Señor Presidente Obama, y ojalá responda a la esperanza que sus palabras generan. Se lo deseo por usted, por Estados Unidos, por el planeta y por la cuenta que nos trae a todos. Se acabó la campaña, comienza el viaje real. ¡Viajeros al tren!

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Carta a Tierno Galván

Querido profesor:
Hace hoy 23 años que usted nos dejó, y todos pensábamos entonces que, casi un cuarto de siglo después y bien batidos en vicisitudes democráticas, a principios del siglo XXI estaríamos curados del espanto hipócrita y escandalizante de aquella España pacata, reaccionaria y estúpida. Ya es memoria colectiva aquella imagen en la usted, con su apariencia de viejo profesor que tan bien supo explotar, entregó un presente a Susana Estrada, que por entonces era punta de lanza contra los convencionalismos sociales y sexuales. Y la artista acudía mostrando totalmente los senos a recibirlo de manos del alcalde, pasando por encima de protocolos y abriendo una brecha en la libertad de pensamiento y comportamiento.
Pero mire, querido profesor, la verdad es que no le merece la pena levantar la cabeza, porque esto sigue igual, incluso diría que peor; aquí sigue siendo motivo de griterío que la Vicepresidenta y Leire Pajín se vistan con atuendo de la tribu Maputo en un gesto de amistad con esa etnia, que la canciller alemana muestre un escote proporcional a su complexión física o que la Ministra de Defensa evite ir a la Pascua Militar vestida de Blancanieves. Para armar el guirigay da lo mismo que Esperanza Aguirre se ponga calcetines o que las ministras socialistas posen para Vogue, apoyando la moda y la industria española.
abch.JPGNo hemos aprendido nada, profesor. Fíjese cómo será, que las gargantas profundas de la misma guerra civil de siempre han llegado al paroxismo fariseo con la foto -magnífica foto, por cierto- sensual y divertida de la portavoz parlamentaria del PP, Soraya Sáez de Santamaría, en un suplemento dominical. La verdad es que ya se cansa uno de más lo mismo, porque se compara con países parecidos al nuestro, como Italia, y allí que la Ministra de Igualdad de Berlusconi haya posado desnuda antes de llegar al cargo es una mera anécdota sin importancia. Y lo de Francia es pura envidia: imagínese, profesor, que la esposa del Presidente aparece artísticamente desnuda -pero desnuda, que quede claro- en los medios de comunicación, y a los franceses lo más chirriante que se les ocurre es decir que ha salido muy guapa. ¿Qué le parece? Eso sí que es una democracia.
Ya le digo, querido profesor, estamos donde estábamos o más atrás. ¿Que se hizo de aquella libertad sin ira? Yo creía hace un cuarto de siglo que la democracia serviría de algo, pero no será así hasta que se entienda que democracia no es sólo una forma de gobierno, también es una manera de vivir. Y lo peor es que siempre pasa con las mujeres, porque los hombres siguen con su eterna sosería, anclados en el traje americano y las corbatas a veces imposibles. Pero no pasa nada con ellos, salvo, por supuesto, que se hagan fotos con una corona de espinas. Pero esa es otra historia…

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DOMINGOS IM-POSIBLES (IV)

El Salto Ángel
Hay cascadas hermosísimas e impresionantes, tan conocidas como las cataratas del Niágara o las de Iguazú, o tan poco nombradas -y no por ello menos impresionantes- como las del río Zambeze en África. Todas son espectaculares, caudalosas y una muestra ensordecedora de la fuerza de la naturaleza, que es un espectáculo por el solo hecho de ser.
salto de angel 3.jpgSin embargo, la cascada de agua mayor del planeta se encuentra en Venezuela, en la zona de Canaima, en el estado de Bolívar. Cae sobre el río Caroní, un afluente del Orinoco, desde una meseta de 2.600 metro sobre el nivel del mar. Es la zona de los tepuis, que son como mojones basálticos que han resistido la erosión y se elevan sobre la sabana y la selva que empieza al sur, ya muy cerca de la Amazonia.
Uno de ellos es el Auyantepui, una especie de torre de piedra que podría haber sido imaginada por el autor de «El Señor de los anillos». Pero es real, y desde aquella altura cae una cascada de agua de más de 900 metros, que tiene 807 metros en caída libre. No hay nada comparable en todo el planeta, es el vértigo hecho agua, es la constatación de que la naturaleza es el mayor espectáculo del mundo.
Salto de angel 1.jpgMuchos llaman a esta cascada el Saldo del Ángel. Pero no es «del» Ángel, sino «de» Ángel, o sin preposición, simplemente Salto Ángel. Y se llama así en memoria de su descubridor, el pionero de la aviación Jimmy Ángel, en torno al cual hay una historia tan extraordinaria que parece sacada de una novela del género fantástico.
Se cuenta que, en los años veinte del siglo pasado, Jimmy Ángel operaba con su avioneta de alas de tela desde Panamá, haciendo viajes por encargo. salto de angel 2.jpgUna noche fue contratado por un norteamericano desconocido para que lo llevase al Auyantepui, un lugar en el que se suponía que era imposible un aterrizaje. Dicen que hizo ese viaje, esperó al viajero, que se internó entre unos árboles, y al cabo regresó al avión con un maletín lleno de lingotes de oro, aunque otros dicen que eran pepitas, lo que dio lugar al renacimiento de la leyenda de El Dorado. Seguramente era un tesoro que habían escondido previamente.
Jimmy Ángel regresó a Panamá con el viajero y luego se empeñó en volver al Auyantepui, tal vez a buscar más oro. En sus merodeos por la gran roca, descubrió en octubre de 1937 la cascada, que por eso lleva su nombre, Salto Ángel, y estrelló su avioneta en la cima del cerro. Se suele decir que murió en el intento, pero no es verdad, salió vivo, y murió en la cama veinte años después y dejó dispuesto que esparcieran sus cenizas sobre el Auyantepui.
Nunca se supo si encontró el oro que buscaba, aunque parece que no porque ni él ni sus herederos llevaron una vida opulenta. Su avioneta quedó enterrada en el fango del tepui hasta que fue rescatada y hoy se puede ver, cubierta de barro seco, en un museo de Caracas.
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(En mi novela «El llano amarillo», los personajes invocaban el espíritu de Jimmy Ángel cuando hablaban de la legítima ambición, la valentía y la constancia, pues todas estas virtudes fueron las que hicieron posible la gran aventura de este pionero de la aviación).