Publicado el

La despedida de los puentes de Madison

Alguien me dijo ayer que el huracán «Irene» había destrozado los ya legendarios y cinematográficos puentes de Madison. No sé de dónde lo sacó, pero lo cierto es que no he podido leer ninguna información contrastada al respecto. Creo que confundió cosas, porque el huracán subió por la costa Este y el condado de Madison está en el Estado de Iowa, casi en el Medio Oeste, a cientos de kilómetros del paso de la tormenta. No parece probable que ayer precisamente cayeran los puentes que nos contaron aquella historia de amor de Clint Eastwood y Meryl Streep, que es la misma que nos contó en 1945 David Lean con Trevord Howard y Celia Johnson en Breve encuentro , y que tuvo su remake en 1974 con Sofía Loren y Richard Burton dirigidos por Alan Bridges (curioso que el director se apellide Puentes en inglés).
zzz000_rosemanbridge[1].jpgEs lo que decía ayer, parece que se está finiquitando la memoria física del siglo XX. Leí no hace mucho que están desapareciendo los puentes techados de madera que vadeaban muchos ríos norteamericanos. Incendios, vandalismo y a veces una nueva autopista los ha ido liquidando. En el condado de Madison había centenares, y hace unos meses solo quedaban 19, y todos con diversos desperfectos. Obama sacó una partida presupuestaria para restaurar los de todo el país, porque forman parte del patrimonio histórico de una época legendaria, pero las restricciones económicas se han llevado por delante el proyecto. Se están cayendo de viejos y no me extrañaría que cualquier tormenta, aunque no sea un huracán, los destruya. A lo mejor quien me lo dijo lo soñó, o es un vidente. Espero que no, y que los hermosos puentes sobre los afluentes pequeños del Soux y del Misouri sigan en pie muchos años. Este maldito siglo XXI está amenazándolo todo, o quizás me lo parezca por haber leído demasiado a Mark Twain y Zane Grey y visto demasiadas películas de pioneros. O, quien sabe si, definitivamente soy un sentimental como Rick, un tipo que tenía un bar en Casablanca.

La foto la encontré en el blog de este enlace.

Publicado el

Este sí que es un inmenso error

Lo que no han logrado largos argumentos políticos, repetidas reivindicaciones históricas y encendidas polémicas lingüísticas lo está consiguiendo el dinero, o mejor dicho, su escasez. Haber dejado a CIU fuera del pacto de los dos grandes partidos para reformar el artículo 135 de la Constitución ha prendido la mecha, y ya no es cosa de que si Carod Rovira dice esto o lo otro, ni puede enmascararse en el artificial debate de si es mejor Messi o Cristiano (uno portugués y otro argentino, qué cosas), lo que no se ha movido durante 35 años se ha convertido en un terremoto. zzztumel.JPGEl bolsillo, la fiscalidad, el dinero es lo que ha puesto en pie de guerra a la sociedad catalana, y me temo que esto irá a más por la torpeza de unos políticos que no dudan en llevarse por delante el pacto constituyente con tal de hacernos luz de gas. Hay mil maneras de limitar el gasto público (la primera siendo responsables), pero al PSOE y al PP se les ha ocurrido la más incendiaria: reformar la Constitución. Tampoco me creo que actúen al dictado de Merkel, porque de todos los estados de la UE solo Alemania ha introducido esa nota en su Carta Magna. Lo que se va a reformar es un parche teórico que no resuelve nada, y si lo hacen para tener buena imagen ante eso que llaman mercados están consiguiendo un efecto contrario. Estamos en manos de irresponsables que quieren hacernos comulgar con piedras de molino, y encima ni se plantean un referéndum. Nunca hubo un gobierno más torpe ni una oposición más cerril, y resulta que s eponen de acuerdo para abrir la caja de Pandora, y a ver qué hacemos ahora con esa furia desatada. Y los hay que siguen aventando en la era de una España quemada la simiente de la crispación, con asuntos religiosos, hurgando en las viejas heridas o diciendo cancaburradas. Y todavía no sabemos qué destino final tiene el 15-M ni cómo van a terminar las tensiones ocasionadas por un paro galopante. Creen que redactando medio folio y añadiéndolo a la Constitución se resuelve todo. Mejor dicho, no lo creen, pero quieren que lo creamos. Como Luis XIV, nos tienen por ignorantes («todo por el pueblo pero sin el pueblo»), cuando ellos han demostrado con su incapacidad que no tienen ni idea de lo que están haciendo. Malditos ciegos, egoístas, hipócritas y mentirosos, indignos de atribuirse le representatividad del pueblo soberano al que desprecian a la hora de la verdad.

Publicado el

New York, New York

Gracias al cine y la televisión, Nueva York se convirtió en el siglo XX en un mito hasta para los norteamericanos. Desde que King-Kong trepó por el Empire State y Henry Fonda, haciendo de Presidente de Estados Unidos en la película Punto límite (1962), la sacrifica bajo una bomba atómica para evitar así un holocausto nuclear generalizado en plena Guerra Fría, la ficción ha hecho de Nueva York centro de todos los desastres cinematográficos posibles. En la pantalla, hemos visto cómo un tsunami arrasa Manhattan, cómo es destruida de distintas maneras, y la han atacado rusos, terroristas, alienígenas, hormigas gigantes y parece ser que el año que viene volverá a ser aterrorizada por el brutal Godzila. Cualquier gran catástrofe de ficción que se cierna sobre el planeta Tierra irá a parar a Nueva York, pues de ello hay referencias hasta en la primera película de El Planeta de los simios. Las tragedias reales pasaban de camino a Nueva York, fuera el Titanic o el Zeppelin, pero la ciudad permanecía incólume.
1314604569798[1].jpgAl doblar la esquina entre los siglos XX y XXI, parece que toda esa fantasía terrorífica que hemos visto en el cine y la televisión se empieza a hacer realidad, cuando todo ello era impensable hace tan solo una década. Nadie podía pensar que Nueva York podría sufrir esas terribles peripecias que le adjudicaban las ficciones cinematográficas. Era la capital del Mundo, la ciudad inexpugnable, el símbolo de la seguridad. De repente, caen La Torres Gemelas como un castillo de naipes, hay terremotos y hasta puede ser víctima de un huracán, cuando casi nunca van mucho más arriba del Golfo de México. Nueva York se muestra vulnerable, y lo que nos mostraba el cine como hipótesis imposible está pasando de verdad. Ya solo falta que los extraterrestres lleguen con sus naves al Central Park. Habrá que llamar entonces a Supermán, pero esta vez en serio.