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El formalismo del mensaje del Rey

zbrindiss.JPGLo del día siguiente al mensaje de Navidad del Rey es cada año un dejá vu. Sabemos que el texto está pesado y medido por muchos expertos, que el Gobierno de turno da su toque y que es una relación de generalidades sobre lo que ha acontecido durante el año. Eso sí, es todo un arte de los constructores del discurso, decir a medias, hacer frases ambiguas que se supone quieren decir esto o lo otro. Entre otras muchas cosas, este año se ha referido al final de ETA, al paro, a la crisis y dicen que habló del tema Urdangarín cuando se refirió a conductas irregulares y la igualdad de la justicia para todos. Bueno; también podría estar refieriéndose a Camps, a los EREs de Andalucía o al pobre que robó una gallina.
Pero es una tradición, y los partidos entran en valoraciones sobre lo que ha dicho. Y yo me pregunto: ¿qué otra cosa podría decir sobre los temas propuestos? La decoración, la fotos enmarcadas en los muebles que lo rodean y otros detalles son interpretados como elementos del mensaje. Y yo creo que debiera decir lo que quiera, y si no puede porque la Constitución no lo deja, pues a olvidarse de códigos de juguete. En realidad, ya que somos tan entusiastas de los formalismos, el Rey podría salir en televisión con una copa de vino en la mano (turnándose Rioja, Priorato, Valdepeñas, Rivera del Duero, Tacoronte-Acentejo, Cariñera, Ribeiro …), desear Feliz Navidad y a otra cosa.

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Ponga un canario en su biblioteca


z2canarios-amarillos-istock[1].jpgSoy parte interesada, lo sé, pero en estas fechas, cuando uno de los regalos más frecuentes es un libro, entiendo que la gente se vaya a las pilas de Ruiz Zafón, Vázquez Figueroa, Pérez-Reverte o los premios Planeta, los grandes bet-sellers y, por supuesto, los clásicos. Es una manera de asegurarse de que se va sobre lo seguro, y con los clásicos es verdad, no tanto con los libros vendidos por kilos, pues el éxito no asegura la calidad. Creo que siempre habrá un hueco para los libros de autores canarios, que los hay muy interesantes y en todas las vertientes de la literatura. Alexis Ravelo hace lo mismo en su blog (le copio la foto), y yo me sumo a su proclama, porque para tener una mente abierta hay que conocer lo que fuera y lo de aquí. La literatura es la que va levantando acta de la idiosincrasia de los pueblos, y por eso no podemos obviar lo que se escribe en Canarias, donde, por supuesto, hay bueno, malo y mediopensionista, como ocurre con todo. He tenido en mis manos libros de gran éxito de critica, premiados en el extranjero y leídos a mansalva, y luego sucede que en realidad son flojitos pero con un gran soporte publicitario. Hay otros que sí, que responden a las expectativas. Y esa es otra, cuando se regala un libro hay que pensar en quien va a leerlo, porque puede ser muy bueno pero si el lector no es aficionado a ese género o si trata un tema que viene mal traído por su historia personal, hemos patinado. En realidad, no es tan sencillo elegir qué libro regalar. Los autores lo tenemos más fácil, porque obsequiamos un ejemplar de nuestra última criatura y ya está. Aunque, la verdad, no suelo regalar libros míos. El caso es que es importante no olvidarse de los libros de autores canarios, que en las grandes superficies están casi siempre junto a los de cocina y bricolage, pero aun así los hay muy buenos.

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La lotería

zbombo_sorteo_loteria[1].jpgLos supersticiosos se aferran a cualquier clavo ardiendo para pronosticar la lotería. Luego sale lo que sale. Es irracional. La gente quiere comprar décimos de una determinada administración de Madrid porque da muchos premios, o de esa otra de Lleida que se ha hecho de oro. Y es un simple cálculo matemático, si vendes mucho las probabilidades de que caiga un premio en esa administración son mayores que si vendes menos. Pero luego hay que acertar el número. Es curioso que casi siempre una parte del gran premio caiga en Madrid o alrededores, y eso se explica porque parece ser que en esta provincia se reparten series de casi todos los números, y, claro, en alguno toca, aunque sea una serie. Hay quien se apunta al 5 porque es la terminación que más ha salido y cree en las tendencias; otros por el contrario compran el 2 porque es la que menos ha sido premiada con el Gordo y piensan que las extracciones tienden a igualar todos lo números (otra tendencia). Teorías y teorías. He oído de todo: aparte de las razones para jugar el 2 o el 5, las hay para todos los números: el 1 porque es 2011, el 4 porque es la suma de 2011, y así se ajustan a número de hijos, a la fecha de nacimiento, al día que se enamoró (mezclar amor y juego, doble peligro). Eso sí, casi nadie quiere el 6, y recuerdo que, hace un par de años, uno de los premios grandes (no el Gordo) acabó en 6, y la televisión entrevistó a una mujer que saltaba de alegría delante de la adminsitración de loterías con el décimo en la mano, mientra decía: «Me ha tocado en el 6, el número del diablo, me voy corriendo a dar las gracias a Jesús de Madinaceli». El dinero hace a la gente cambiar de bando. Al final es puro azar y yo les deseo que les sea propicio.