Crítica de la crítica de la crítica literaria

Aunque el tópico representa a los creadores enfrentados a la crítica, está social, intelectual y académicamente reconocido que la crítica literaria es una rama de la literatura que trata de su mejor comprensión y de su valoración, siempre subjetiva porque en la apreciación del arte la visión personal juega un papel fundamental. Otra cosa es que posiblemente la peor crítica a una obra de arte sea el silencio, y es evidente que se habla de los nombres bien promocionados, que pueden o no coincidir con los más grandes. Pero eso es así desde que existe la crítica literaria, cuyo origen sitúan los especialistas en Dionisio de Halicarnaso, un historiador de origen griego que vivió en Roma en tiempos del emperador Augusto. Entonces, aparte de lo escrito, tenía gran importancia lo hablado, y así la retórica también era objeto de comentarios. ¿De quién trataba en sus escritos? Pues de oradores anteriores, ya tenidos en su tiempo como clásicos, como Lisias, Isócrates y Demóstenes, y de escritores como Tucídides, también de siglos anteriores a Dionisio. Se echan en falta sus críticas sobre sus contemporáneos, y eso que coincidió en el tiempo con el tridente mágico de la poesía latina: Horacio, Ovidio y Virgilio.
Dionisio halicar.JPGEse debe ser un defecto que durante dos mil años han heredado los críticos. La prestigiosa profesora y crítica Mónica Maud, que dirige un suplemento en un periódico de Santiago del Estero (Argentina) dice claramente que allí no existe la crítica literaria, a pesar de que hay valores locales del presente que merecen ser estudiados, y ocurre como en la Roma de Augusto, que siguen hablando de lo anterior. Y eso ocurre en todos los ámbitos literarios pequeños, donde sus escritores no son tenidos en cuenta, y se agrava hoy porque siempre se está pendiente de lo que marquen las grandes editoras y los grandes medios, que por supuesto no están en Santiago del Estero ni en las Islas Canarias. Sabemos hasta el año y hasta el mes del futuro en el que Paul Auster, Murakami o Pérez-Reverte publicarán su próximo libro, pero nada sabemos de lo que nace a nuestro alrededor.
¿Qué es lo que ocurre entonces? Pues que los propios escritores se erigen en reseñadores de libros ajenos, porque no queda otra; sus textos críticos aparecen en la prensa local, en revistas o en blogs. Lo siguiente es que surgen voces que hablan de amiguismo, pero lo cierto es que si los propios escritores no reman nada se mueve. Claro que, siempre está el «supremo poeta» que se erige (tiene sus palmeros, no crean) en el más grande, el más incomprendido, el único, y de paso niega incluso la existencia de literatura nueva porque él «no la ve». O un reconocido crítico, que poco suele tratar sobre lo escrito en Canarias en los últimos 40 años, que afirma que la crítica en estas islas se reduce a «torpes reseñas» (las que aparecen en prensa local, blogs o revistas) que no sirven para nada. Y, claro, si no se hacen esas reseñas se producirá el silencio. Tal vez es eso lo que quieren, ser los últimos de Filipinas y «después de mí, el diluvio».
IMG_6392.jpgTambién tendremos que esperar a que la crítica académica mire a su alrededor, pues las universidades canarias van, tramos más o menos, por el punto kilométrico de Manuel Padorno, Arturo Maccanti y la Generación del 50 o por ahí. Para la supuesta gran crítica, hace medio siglo que no se crea literatura en Canarias, y cuando se dice tímidamente por escrito que algo se ha movido cae sobre quien así se ha atrevido el calificativo de torpe. Por si fuera poco, siempre surge algún espontáneo que niega por sistema cualquier cosa que se escriba aquí, e incluso hay otros que mienten adjudicando a voleo prebendas y favores que nunca existieron. Eso tampoco ayuda, pues ya solo falta que abran una lista de firmas para pedir que la literatura escrita en Canarias entre en el código penal. Y también hay que tener cuidado si alguien se atreve a hablar de un libro, porque puede que no guste lo que dice, y se está llegando al paroxismo de hacer crítica de la reseña. Así, siguen ganando los que quieren silenciar a una sociedad, y surgen rumores sin compromiso, pues se ha llegado a decir que hay gente que publica críticas de sus propios libros. Si eso ha ocurrido, me gustaría saberlo, porque nunca he tenido constancia de que nadie haya reseñado su propio libro, si siquiera con seudónimo.
Así que, seguimos a la espera de esa crítica seria y rigurosa que sustituya a las «torpes reseñas» que aparecen en periódicos, suplementos, revistas y blogs (esa es otra, algunos parecen no haberse enterado de que buena parte de estas actividades, tanto creativas como críticas, están en el mundo digital que para ellos no existe). Pudiera ser que un día de estos a alguien se le ocurra mirar a su alrededor y tal vez descubra que, entre lo que se ha escrito en los últimos 40 años, haya tal vez obras con tanta calidad como las que consideramos clásicas. O más. Pero claro, siguiendo al santo patrono Dionisio de Halicarnaso, mirar hacia atrás es menos comprometido.
***
(Pido disculpas por la necesaria extensión de este trabajo).

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *



El contenido de los comentarios a los blogs también es responsabilidad de la persona que los envía. Por todo ello, no podemos garantizar de ninguna manera la exactitud o verosimilitud de los mensajes enviados.

En los comentarios a los blogs no se permite el envío de mensajes de contenido sexista, racista, o que impliquen cualquier otro tipo de discriminación. Tampoco se permitirán mensajes difamatorios, ofensivos, ya sea en palabra o forma, que afecten a la vida privada de otras personas, que supongan amenazas, o cuyos contenidos impliquen la violación de cualquier ley española. Esto incluye los mensajes con contenidos protegidos por derechos de autor, a no ser que la persona que envía el mensaje sea la propietaria de dichos derechos.