El cuñadismo es una corriente sociopolíticofilosófica que consiste en pontificar sobre cualquier asunto, se sepa o no de él, tratando siempre de tener la última palabra. Si siempre hubo quien te explicaba temas concretos con terminología técnica que oyeron en un programa de televisión o leyeron en un prospecto médico y de la cual solo sabían el nombre (a veces un poco trastocado), con la irrupción de internet el cuñadismo florece en todo su esplendor. Siempre imaginamos al cuñado verborreico en la cena familar de Navidad, pero ya es cosa general, sin distinción de sexo, edad, condición o creencia. El cuñadismo se ha democratizado.
De toda la amplísima gama de especialidades cuñadistas, en las conversaciones que mantengo y en las que escucho sin querer en la guagua, la panadería o cualquier sala de espera, me llama especialmente la atención el auge del supuesto conocimiento que se aparenta tener de las propiedades y los efectos de determinados elementos, cuyos nombres acaban en -ina, que van desde las hormonas a cualquier otra sustancia que produzca el cuerpo humano o que se le pueda administrar. Habíamos oído hablar de las endorfinas, de la adrenalina y de drogas muy poderosas, como la morfina, que tienen aplicaciones médicas. Pero es que ya se habla entre legos de prolactina, melatonina, tirotropina, vasopresina, serotonina y, la más glamurosa y peligrosa es la sustancia relacionada con el amor, y que te hace escuchar entre adolescentes que la pasión arrasadora surgida en los corazones de Romeo y Julieta sucedió porque iban hasta arriba de oxitocina, no porque la hubieran tomado, sino porque sus cuerpos la producían y se ve que tenían estropeado el regulador.
Y viendo qué disparates están provocando los políticos, sea en Gran Bretaña, en Estados Unidos, en Colombia y, por supuesto, en España pasando por Cataluña, me pregunto qué sustancia les está nublando el juicio, aunque me temo que podría llamarse mezquina, cretina o egotina. Tendré que prestar más atención a las conversaciones ajenas en la cola de los embutidos.
cierto.