La dictadura de las estadísticas

teleurna.JPGHace unos años, las audiencias televisivas se medían con audímetros instalados en televisores (unos 3.000), repartidos por toda España y escogidos de manera que fueran representativos del total de los televidentes españoles. En la actualidad, seguramente se hace de forma parecida, aunque digitalizada. Supongo que esas muestras debieran ser tomadas con conocimiento de los afectados, aunque con tanta tecnología ya no podemos estar seguros. Nunca me he fiado de los estudios estadísticos que toman una parte del todo en función del todo. La demostración de que fallan las tenemos cada vez que hay elecciones. Me argumentan que solo fluctúan en uno o dos puntos porcentuales; así, cualquiera puede hacer predicciones, que las elecciones se ganan y se pierden por ese punto. Y viene a resultar que vivimos bajo la dictadura televisiva de 3.000 familias que quitan y ponen programas con su aceptación o rechazo, y aunque me acusen de tener mentalidad del siglo XX, a mí me lo pican menudito, porque esas grandes cifras que proceden de pequeñas muestras, aunque sean honestas, son manipulables desde el momento en que nos dicen que los números estadísticos pasan por lo que llaman «cocina». Y sigo pensando que, para conocer la opinión mayoritaria de un millón de personas, hay que preguntar a todas, que para eso se inventaron las urnas.

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