No es esta la primera vez que digo que soy de la opinión de que nadie que no sea poeta podrá escribir nunca una buena novela, y lo digo por esa línea divisoria que suelen trazar los críticos y las modas editoriales entre poetas y novelistas. La literatura necesita de una mirada especial, justamente la mirada poética, y esa la tienen todas las grandes figuras de la novela aunque nunca hayan publicado un solo poema. Tampoco estoy de acuerdo en que se empieza escribiendo poemas, se sigue con el cuento y se acaba en la novela. Cada uno de los géneros tiene vida propia, aunque, como ya he comentado, la literatura es una, y no se define por la forma ni el género, sino por la mirada. Y en eso se diferencian las obras que son literatura de las que no lo son.
Santiago Gil es un escritor que ha conseguido saltarse todas estas convenciones; desde sus comienzos literarios ha simultaneado los géneros sin miedo y por ello hay que considerarlo escritor, sin más, porque la mirada poética es siempre la misma. Esto que digo se nota más en unos novelistas que en otros, y Santiago es de los que se delatan muy poético en sus novelas y relatos, que van siempre al detalle, a veces casi a lo microscópico, con un enfoque vital a lo Antonio Tabuchi, que es capaz de hilvanar un relato con las sensaciones de la bajada de una escalera.
Tengo ahora entre las manos su más reciente poemario (no digo el último porque es seguro que habrá más), Trasmallos, y como señala acertadamente Pepe Junco en el prólogo, es un poemario rabiosamente humano. Es como si Santiago Gil navegase por el mar de la vida cotidiana en un submarino, con el periscopio siempre emergido, fotografiando cada movimiento que surge a su alrededor, en el mar, en los morros de la costa y en el cielo.
El término marinero del título no es baladí, porque su mirada es como un arte de pesca que nada deja escapar, y adivinamos detrás de cada poema una historia que ha entrado por el periscopio madrugador del poeta. Trasmallos es libro de poeta, pero es también la constatación de que las fronteras entre géneros son solo convenciones. Si detrás de un poema, un cuento, una novela, no hay una voz propia y una mirada insomne, no hablamos de literatura. En este libro, el Santiago Gil-poeta nos lleva de la mano a la vida, desde lo más terrible y sonoro hasta lo más leve y volátil. Y lo hace con poesía pura, la de un escritor que, afortunadamente, desprecia los límites.
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(Trasmallos será presentado esta noche -jueves 13- en la Sala Ámbito de El Corte Inglés de la Avenida Mesa y López de Las Palmas de Gran Canaria)
Un comentario en “Los Trasmallos de Santiago Gil”
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Ha sido una amena presentación de un poemario muy especial; cientos de versos sembrados al aire, directos al alma del lector, que se hace eco de las emociones sentidas en algún instante por el autor y que es trasmitida a través de la armonía con la que ordena palabras sencillas, llenas de vida y de recuerdos, de ansias y de sueños.
Quizás el secreto de este éxito sea la naturalidad con las que amalgama sus palabras para que llegen al lector, que jamás se queda indiferente.
El poeta José Miguel Junco estuvo, indudablemente, a la altura del evento en la presentación de «Trasmallos» y tanto con él, como con Santiago Gil y con el representante de Ediciones La Discreta, también llamado Santiago, pudimos disfrutar de un magnífico recital de varios de los poemas contenidos en el libro.
Santiago habla de su «maestra», la que lo animó a escribir, tanto a él como a otros jóvenes con los que compartió pupitre. Los que le hemos sido sus alumnos en el taller de escritura de Ámbito Cultural, no le admiramos menos.¡Gracias por permitirnos disfrutar de la mejor literatura y enseñarnos a desplegar alas a través de las letras!