Pues nada, que se acabó el siglo XX

 

 

Cuando yo era un muchacho, casi todos los pilares de cualquier clase que se tenían como referencia obligada ya eran historia cerrada de una manera y sería así para siempre. Einstein, Gardel, Gary Cooper, Isadora Duncan, Capa, Juan Ramón Jiménez, Virginia Wolf, Orwell, Albert Camus… Quienes habían inventado el siglo XX llevaban décadas muertos o les había entrado urgencia en morirse antes de que uno fuese consciente de su grandeza. Tengo remota memoria del revuelo que hubo cuando murieron Marylin Monroe, John Kennedy o Luther King, y creo que guardé un recorte de periódico del entierro de Azorín, porque lo estudiaba en el bachillerato y decía con letras grandes que era el último superviviente de la Generación del 98. En la década de los 70 desaparecieron Picasso, Neruda y Stravinski, y de aquellas generaciones que cimentaron una nueva manera de ver el mundo aguantaron un poco más Borges, Greta Garbo y Alberti.

Y se murieron también todos los novelistas del Boom (larga vida a Vargas Llosa), Cela, Agustín Millares, Pedro Lezcano, y un largo etcétera que empieza con Manolo Millares y detrás todos y todas, indigenistas, abstractos y remacha con María Rosa Alonso, Rumeu, y Juan Marichal (también larga vida a Pepe Dámaso). Pero también les dio por morirse a mojones más recientes, como a las estrellas del rock que a finales de los 60 y primeros 70 parece que firmaron el pacto de morir a los 27 años: Jim Morrison, Janis Joplin, Jimmy Hendrix, y como John Lennon no quiso morirse un pirado le pegó un tiro. Surgieron movimientos, voces, ideas y talento para las nuevas generaciones, brotaron durante años: Aute, Freddy Mercury,  Antonio Vega, David Bowie, Michael Jackson, Almudena Grandes, Prince, Georges Michel, Amy Winehouse…

También se han ido muriendo, como en cadena, nuestras referencias en todos los campos cada vez con un intervalo más corto, y se han llevado con ellos o echado por delante a Yuri Gagarin, Harper Lee, Christopher Reeves (Supermán), John Glenn, Ray Bradbury, Boby Fisher y Leonard Cohen y un listado de iconos insustituibles. Todos espejos rotos. La reina Isabel II tampoco resultó ser inmortal, y encima se muere el anglófilo Javier Marías.

Es como una broma infinita ideada por el novelista David Foster Wallace, que también cerró su carpeta en 2008. Suele decirse con frecuencia y sin muchos argumentos que está clausurándose una época, pero esta vez es verdad, el siglo XX está echando el cierre pues nos dejaron hasta los que conspiraron para inventar otro siglo XXI (Reagan, Thatcher y Wojtyla), e incluso otro que puso muchos de su parte sin querer (Gorbachov). ¡Es que se han muerto Kirk Douglas, Paul Newman y Lauren Bacall, algo inimaginable! Hombre, por Dios, si hasta Alfredo Di Stéfano, Cruyf y Maradona ya no está aquí. Solo nos queda encomendarnos a Bob Dylan, Madonna y Serrat, porque de los que fundaron el siglo ya quedan muy pocos. Ahí siguen vigilando Clint Eastwood y Noam Chomsky.

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