Sira Ascanio, cinco años después

 

Hace cinco años que nos dejó Sira Ascanio, una artista que no tuvo el reconocimiento que merecía su obra, y que ahora podemos recorrer en la exposición que se muestra en el CICCA. Por cronología, Sira Ascanio debiera ser una pintora de la generación del setenta. Lo que ocurre es que Sira se da a conocer públicamente a finales de esa década, y despega como una cometa a partir de los talleres de Arte Actual, al filo de los primeros ochenta.

 

Confesaba inseguridad y timidez, pero no es eso lo que refleja su obra; Sira  aparece como una mujer fuerte,  de otra forma no podría pintar como lo hace, pues su pintura tiene siempre un halo épico, una llamada de la fuerza, un vía de entrada a la firmeza. Como muchos artistas de nuestra tierra, venía de la escuela Luján Pérez, y se ha interesó por todo lo que fuera imagen: batik o fotografía, dibujo o grabado industrial, y al final, siempre la pintura. «

 

Recuerdo un torso humano, fuerza vital que sale del océano, que vigilaba desde una pared del castillo de la Luz, durante un ya lejana exposición del Grupo Espiral. Se negaba a las etiquetas: ni abstracción ni figurativismo, ni esto ni lo otro, sino Sira Ascanio, poner la vida en un cuadro. Y siempre lo conseguía.

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