Se nos ha muerto Vangelis

 

Por si ya no nos hubiera quitado bastante, el maldito virus también se ha llevado a Vangelis, que para los setenteros como yo es como de la familia.  Las epidemias también atacan a esas personas especiales que, sin querer o queriendo, pasan a formar parte  de la personalidad la manera de ser y el pensamiento de  mucha gente, especialmente de una generación que se topa con estos gigantes y el mundo al mismo tiempo. Si la tuberculosis se llevó a Chopin en 1849, el cólera a Tachaicovski en 1883 (hay otras teorías hoy imposibles de comprobar) y la gripe de 1918 al pintor  Gustav Klimt,  este mes de mayo de 2022, nos ha arrebatado a Vangelis. En común con los antes nombrados tiene que fueron iniciadores de  profundos cambios en el arte que practicaban, y los que Vangelis creó ya se pudieron valorar en vida, pues es sin duda el gran pionero de un gran cambio en la producción de nuevos sonidos, que hoy son habituales, pero que hace medio siglo eran una rareza o simplemente no existían.

 

 

Vangelis fue uno de los de la avanzadilla de este tipo de música, y  sin duda un genio creativo, como un torrente que no cesa de fluir desde incluso antes de finales de los sesenta, cuando formaba parte del grupo Aphrodite’s Child, con otros griegos exiliados de la dictadura de los coroneles, entre ellos su primo Demis Rousos. Y así ha seguido, creando maravillas como la banda sonora de la serie Cosmos, de Carl Sagan, la pieza Ignacio, que antes fue banda sonora de una película mexicana basada en un cuento de Juan Rulfo. Y así hasta su última publicación en 2021.

 

Pero, ¡ay!, le ha pasado lo mismo que a Cervantes con El Quijote, que ha eclipsado otros grandes libros del gran escritor. En los titulares de estos días, salían siempre las bandas sonoras de Carros de fuego y Blade Runner, como si no hubiera creado otras muchas obras, muchas de ellas verdaderas joyas de un músico heterodoxo y capaz de evocar otras realidades solo con su música. Estas son, por supuesto,  dos piezas extraordinarias, pero no más que China, Spiral o El Greco.

 

La música de Vangelis fue también la banda sonora del descubrimiento del mundo, con sus complejidades y sus interpretaciones. Ahora se lo ha llevado la covid, pero aquí queda como un músico  que influyó de manera determinante en muchos tipos de música electrónica, y no podemos decir cual era su marca porque siempre era distinto e inclasificable.  Estoy seguro que un par de generaciones somos un poco mejores por escuchar a Mike Oldfield, Jean-Michel Jarre y otros exploradores, entre ellos, por supuesto, el gran Vangelis. Gracias.

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