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TIEMPO LÍQUIDO. El teatro nunca es un error. (28/05/2020).

 

Posiblemente muchas de las personas que leyeron la entrada de ayer de este blog caerían en la cuenta de que proclamé el Día Mundial del teatro con dos meses de retraso, pues siempre ha sido el 27 de marzo y ayer, como también fue 27, en alguna parte de mi cerebro se activó lo del teatro. Pero como dicen algunos buenos amigos del mundo teatral, nunca está de más celebrar el arte de Talía, y de todas formas ya han dicho los clásicos que la vida es una función que hacemos sin ensayar. Celebrar el teatro nunca es un error.

Hoy he salido a la calle y me encontré cómodo. Debe ser porque por las rutas que caminé la gente seguía las normas al pie de la letra. Es frecuente ver quejas, tanto en las redes como en los medios, de que no se respeta la distancia o que a veces se aglomera la gente más de lo deseado. Seguro que ocurre, y entre todos tendremos que ir creando dinámicas que nos hagan superar esta etapa de nuestra vida personal y nuestra historia colectiva. Y pienso en los niños que seguramente no acaban de entender lo que ocurre: la pequeña Valentina, Diego y su hermana Sofía y tantas criaturas que son la metáfora de la inocencia y del futuro.

No voy a hablar del clima político porque quiero seguir mirando hacia adelante. Anoche, mi hijo y su esposa salieron a cenar a un local de La Laguna y fue reconfortante ver sus caras alegres mientras degustaban la cerveza del aperitivo. Esa nueva normalidad es la que tiene que llevarnos a la normalidad absoluta. Estoy convencido de que pronto esto nos parecerá un mal sueño. Mientras tanto, fuerza y cuidado.

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TIEMPO LÍQUIDO. Máscara y mascarilla. (27/05/2020).

 

Hoy empieza el luto oficial, aunque cada día tengo en la memoria la ausencia de los fallecidos y la desolación de los suyos. Pero quiero mirar hacia adelante, por es Día Mundial del Teatro, y quienes amamos las artes sabemos que el teatro es el principio de todo. La máscara del teatro clásico se superpone hoy a la mascarilla. Lo mismo que pasó con el Día del Libro, este es un Día del Teatro que seguramente será recordado por la ausencia de funciones tal y como siempre las hemos visto. Pero sí que ha habido teatro en estos días, se ha buscado la manera de que, como ha hecho la música, las nuevas tecnologías nos sirvan funciones en directo, aparte de las que han dado en diferido de grandes eventos del pasado reciente.

Ahora mismo recuerdo representaciones de las grandes salas del todo el mundo puestas en la red, o las escenificaciones que se hicieron el 10 de mayo con motivo del aniversario del nacimiento de Galdós. Ha sido muy laborioso el trabajo de Juan Carlos de Sancho, que ha conseguido que varias docenas de actrices y actores hayan teatralizado cada dos días relatos suyos. Y es que el teatro busca la manera de seguir siendo la fuente, pues esas lecturas realizadas de narraciones y poemas propios o ajenos son una forma más de poner en escena nuestra humanidad. No olvido a los amigos y amigas autores que nos han dado su poesía y sus relatos.

Y si la vida es puro teatro (Aute decía que es cine), tengo que decir que no me gusta la función que están representando nuestros políticos, que parece que están en otro planeta. Siguiendo la máxima que me dieron ayer dos amigos, continúo siendo muy cuidadoso y trato de buscar fuerza para seguir adelante, aunque no comprenda la actitud de muchas personas, que creen ser valientes pero son temerarias porque no ponen cuidado; en este embate pensar en uno mismo es pensar en los demás. Deseo que sean capaces de darse cuenta, aunque tal vez espero demasiado de la gente insolidaria. Optimista por genética, sigo esperando por la cordura.

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TIEMPO LÍQUIDO. Cuidadosos y valientes. (26/05/2020).

 

Esta mañana estuve con mi amigo Felipe Landín, que es un hombre sereno y reflexivo, que trata siempre de valorar las cosas con mesura, actitud que se agradece en estos momentos, cuando abundan y hasta se promueven las exageraciones. Quedamos para dar un paseo mientras hablábamos; hay una amistad de muchos años, que también se cimenta en el amor común a la literatura. La mascarilla y la distancia física no fueron obstáculo para que fluyeran la conversación y los afectos.

La idea era intercambiar libros, y así lo hicimos. Algunos cambiaron de manos, pero en el diálogo entraron otros que no comparecían pero sí estaban en nuestra memoria. Con Felipe, la literatura es total, pero siempre acaba cayendo del lado de la poesía. Entre los libros presentes y ausentes, hablamos de Habitación 241, de María Jesús Alvarado, los poemas que Noel Olivares dedicó a Teca Barreiro, Yo quería un placer de Ángela Ramos, libros estos de la colección Puentepalo, en la que figuran otras voces poética importantes. Y, claro, de otras cosechas entraron en este ateneo callejero Bahía Boríquen, Té Matcha y Voces, las más recientes entregas poéticas de Antonio Arroyo, Santiago Gil y Pepe Junco respectivamente.  Por un momento, la poesía hizo que nos olvidáramos del presente, y porque la mayoría de quienes escriben esos libros también están en el círculo de la amistad. Al despedirnos, Felipe dijo que en esta etapa hay que ser cuidadosos y valientes, que curiosamente fueron las mismas palabras que, minutos más tarde, pronunció el también amigo Pepe Orive cuando nos cruzamos en un paso de peatones. Y tampoco es tan sorprendente esta coincidencia porque Pepe y Felipe son dos personas inteligentes. Sigamos su receta.

Hablar en directo con un amigo te da fuerza, aunque también valoro las conversaciones telefónicas o el intercambio de mensajes por medios tecnológicos con otras personas muy queridas. Los afectos se perciben de muchas formas, y estoy convencido de que en el futuro les daremos la importancia que  han tenido y tienen, en estos meses tan difíciles, las palabras de quienes amamos y nos aman. El formato es lo de menos. Y como diría Bogart, siempre nos quedará la literatura.