TIEMPO LÍQUIDO. Novedades. (31/05/2020).
Esta mañana, durante el paseo, volvimos a ver a nuestra sobrina Mónica y a la pequeña Valentina, pero esta vez se invirtieron los papeles porque éramos nosotros los que estábamos en la calle y ellas en el balcón, acompañadas de Juan, padre y abuelo respectivamente. Desde Tenerife nos llegó la noticia de que a mi hijo su esposa le había cortado el pelo, después de varios meses y sin moverse de casa. Un corte perfecto, según documentan las fotos.
La tarde fue hora de ventanas, tras un toque de Octavio. Durante el confinamiento, la ventana de mi casa se convirtió en la vía de comunicación con personas que apenas conocía de vista y que ahora son especiales. Como cada día nos veíamos a las siete de la tarde y el domingo anterior dejó de realizarse esa cita diaria, acordamos vernos al menos una vez a la semana, los domingos a las siete. Pero hoy nos despistamos y solo Mapi compareció, y al ver que no había nadie volvió a cerrar la ventana. Pero a las siete y media estábamos otra vez hablando cara a cara, aunque ya la calle no está tan solitaria como hace unas semanas.
Mientras hablábamos, llegó Angie de la playa, con cara de felicidad y salitre en la mirada. Ana se había quedado dormida en una siesta tardía pero se sumó al escucharnos hablar con Katy y Octavio. Los niños Diego y Sofía fueron de nuevo el centro de atención, y hasta compareció la gata Luna. Los demás hablamos de las cosas que habíamos hecho en estos días. Sofía empezaba a estar “ruidosa” porque llegaba su hora del baño y la cena, y proclamaba a los cuatro vientos su amor por las lentejas. Al hacer recuento, veo que hoy ha sido un día con novedades.