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DIARIO DE CUARENTENA. Jornada 45: La investigación científica. (28/04/2020).

 

Hemos escuchado y leído en estas semanas que saldremos de esta crisis con otra manera de mirar el mundo. Es posible, pero también sabemos que el ser humano tiene una gran capacidad para el olvido. A quienes haya afectado de manera más dura, este será un tiempo que les dejará huella, pero la gente en general tratará de volver a lo anterior y a funcionar como si nada hubiera sucedido. Entre los responsable políticos y económicos también existe el riesgo de que pretendan hacer las cosas como antes. El miedo lógico que se ha generado en un gran sector de la población puede jugar a su favor, y creo que es el momento de pensar a plazos más largos que unas elecciones o una inmediata cuenta de resultados.

Aunque se está viendo la enorme importancia que tiene la ciencia, puede que sigan considerando la investigación científica como la pariente pobre de presupuestos e inversiones. Sería un error tremendo que puede afectar al futuro de la humanidad. De esto ha hablado en una reciente entrevista una eminencia como el doctor Rafael Rebolo, Director del Instituto Astrofísico de Canarias. Invertir en ciencia es lo que hacen siempre los países líderes, y en España hay talento que casi siempre escapa a lugares que sí apuestan por  la investigación. No puede ser que, como ya ocurrió en la crisis de 2008, se cerró el grifo a la investigación científica, mientras que otros países se volcaron en ella, porque está claro que invertir en ciencia es pensar en el presente y en el futuro.

Hoy han vuelto los trabajadores que están reparando la fachada del edificio de enfrente. Si ya habían dejado apenas un resquicio por el que ver a Sofía y Diego, hoy han colocado unos cristales  opacos hasta la altura de un balcón, justo lo que nos oculta la rendija por la que veíamos a los niños. Ahora, hasta que no quiten el andamio es imposible, así que tendremos que esperar a ese día o verlos de lejos cuando sus padres los sacan a la calle. Pero no importa, la conexión está establecida, y ahora la comunicación es a voces, pero sabemos que Sofía sigue ahí, y ayer con sus maracas porque el sonido es inconfundible. Buen día.

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DIARIO DE CUARENTENA. Jornada 44: La nueva “normalidad”. (27/04/2020).

 

Por fin salieron ayer los menores acompañados de una persona adulta. Hay opiniones diversas, desde los que dicen que fue ejemplar a quienes aseguran lo contrario. Es estadísticamente probable que ha habido quien ha incumplido las normas, y de extenderlo se han ocupado la redes, aunque también sabemos que si solo nos fijamos en las excepciones no se nota la regla. Yo salí por la mañana a la farmacia y pude ver en la Plazoleta de Perojo y en la calle del mismo nombre algunos niños y niñas con un adulto. Lo que vi me pareció correcto, pero desconozco si fueron masivos los incumplimientos o se han exagerado los fallos. Ya lo valorarán quienes deben.

Aunque en los últimos días parecen haber remitido los bulos en la red (al menos en mi móvil) es obvio que hay material por todas partes, y es un asunto tan especialmente complejo que ya uno no sabe cómo enfocarlo. Lo que yo hago es evitar lo que no sea la información básica para saber a qué atenerme, pero no entro en valoraciones técnicas sobre el desconfinamiento, la desescalada o como quieran llamarlo, porque la nueva “normalidad” va a ser muy distinta a la que teníamos anteriormente. Ayer hablaban de cifras alentadoras, aunque a mí las 288 personas fallecidas en un día por causa de la enfermedad me sigue pareciendo un desgarro humano y social. El dolor por quienes se ha llevado la enfermedad va a quedarnos para siempre.

Ayer Sofía salió a la ventana muy disparatada; no paraba de moverse y saltar. Cuando le preguntamos si había salido a la calle, nos contestó con un ¡síííí! enorme y nos contó su padre por gestos que, cuando salió, a la niña la boca le llegaba a las orejas. Supongo que por eso estaba eufórica (enralada decimos por aquí), y esa excitación añadida se le irá pasando a medida que vaya saliendo cada día y asuma la nueva situación como habitual. Pero fue un día distinto, y el devenir de los acontecimientos será lo que determine la velocidad, los frenazos y la suerte de toda la sociedad. Sigamos teniendo mucha esperanza. Buen día.

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DIARIO DE CUARENTENA. Jornada 43: Hoy es hoy. (26/04/2020).

 

La celebración esta semana del Día del Libro ha hecho que se me active la memoria de momentos literarios que he podido vivir durante muchas primaveras. Es verdad que se han hecho esfuerzos en los que se ha procurado la presencia virtual de escritores y escritoras en distintos foros, pero está claro que nada hay que sustituya la presencia real, los actos en los que nos vemos físicamente. El protagonista es el libro, pero quienes escribimos tenemos ese día como referencia, aunque ahora los soportes tecnológicos hacen posible que una obra exista fuera de su tradicional casa de papel. Ha habido participaciones en actividades realizadas a través de la red, pero deseamos que esto pase pronto y volvamos a tener el contacto directo con la gente, sin quitar la importancia de las nuevas tecnologías, pero necesitamos el calor, el olor y el latido de la vida en toda su plenitud. Me gusta la gente, compartir momentos, entendernos con palabras y miradas; eso me falta, nos falta, y este 23 de abril se ha notado muchísimo.

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Estos días nos llegan imágenes de animales que ocupan determinados hábitats porque los seres humanos han dado un paso atrás. Lo que me sorprende es que haya quien tenga esa circunstancia como buena. Es verdad que el trato que hemos estado dando a La Tierra ha sido terrible, pero una cosa es buscar nuevas maneras sostenibles de relacionarse con el planeta y otra negar la importancia humana. Hemos visto completamente vacías calles y plazas muy emblemáticas, tanto cercanas como por todo el mundo. Eso no me produce alegría; todo lo contrario, la razón primordial de la existencia de la calle y la plaza es ser lugar de encuentro de las personas. Ver vacías la calle de Triana en Las Palmas, la plaza de San Marcos en Venecia o cualquier vía que es el paisaje habitual de cada persona en su población es como mínimo inquietante. Seguramente con otros modos, pero eso tenemos que recuperarlo.

Hoy estamos expectantes porque los niños y las niñas pueden empezar a recuperar la ciudad. A ver qué tal les va a los menores de mi calle, asunto del que tal vez sepamos algo cuando esta tarde coincidamos desde las ventanas. Ayer salieron como siempre Sofía y Diego, ella con sus maracas y muy bailona y Diego espléndido en su camiseta a rayas rojas y blancas. Y mientras tanto, esperamos siempre alguna buena noticia; al menos que no nos confundan. Les deseo un buen domingo, cada vez más cerca del final de este episodio. Hoy es hoy.