La vergüenza de pensar
Creo que hemos entrado en una dinámica en la que ya se presume de odiar el conocimiento, el pensamiento y la sensibilidad. Es el resultado de una estrategia perfectamente diseñada desde hace décadas y que ha llegado a su plenitud. Aunque hoy las nuevas tecnologías parecen haber desplazado teóricamente a la televisión, al final los móviles y las tablets son pequeños televisores, y todo lo que sucede en las cadenas generalistas se repica en las redes sociales, por lo que viene a dar igual el número de televidentes porque luego eso se repetirá en las redes sociales hasta que todo el mundo conozca la nueva barrabasada que servirá para desmovilizar las mentes y continuar con el embrutecimiento de unos y el enriquecimiento de otros.
Por motivos personales, he estado varias semanas metido en casa, y como uno no puede estar permanentemente leyendo a Shopenhauer, la radio y la televisión han sido mis escapes. Ya lo sabía, pero vivirlo ha sido deprimente. Continuar leyendo «La vergüenza de pensar»