Con muchos matices, se suele sentenciar que el desconocimiento de la historia nos condena a repetirla. Y debe ser verdad, porque la frase se le atribuye al británico Winston Churchill, al argentino Nicolás Avellaneda, al español Jorge Santayana y a no sé cuántos más nombres de relumbrón, y su recorrido se remonta 2.500 años, pues hoy he oído que fue Confucio el primero en decirlo (deducimos que en chino). Creo recordar que alguna vez han colocado la frase a Dante, a Goethe y, por supuesto, al hidalgo don Quijote, a quien le han adjudicado unas cuantas majaderías que, por mucho que busques en los dos tomos de sus andanzas, nunca encontrarás, porque es muy socorrido apoyarse en el personaje cervantino, y a alguien con lustre se le debió ocurrir alguna vez poner en su boca aquello de «ladran, luego cabalgamos», y ya se repite sin saber que Cervantes nunca escribió tal cosa. No nos dicen quién ladra si no es perro, y desde luego don Quijote no pudo cabalgar a lomos de un jamelgo tan perjudicado como Rocinante, que, como mucho, iría al trote cochinero porque no daba para más y porque, en caso de poder alguna vez, habría dejado muy atrás al pobre burro, que tampoco se llama Rucio, sino que Sancho lo nombra como «el rucio» al referirse a él por el color de su pelaje. Lo de repetir la historia también lo he escuchado en un latín «muy creativo», y atribuido al mismísimo Marco Tulio Cicerón. Si tanto personaje rimbombante se aproximó a algo parecido a esta idea, nadie dice dónde ni cuándo. Y tampoco sé si es verdad científica o filosofía de usar y tirar, porque ignoro si los pueblos que repiten los desastres del pasado desconocen su historia. También está la naturaleza del escorpión, o la egolatría de algunos, que se han tomado a pecho los libros sobre la autoestima de Rojas Marcos, y que posiblemente piensen que aquello que otros quisieron hacer antaño y no pudieron ellos podrán hacerlo ahora y muy bien. El caso es que hay pueblos que repiten la historia, incluso muchas veces, cambiando solo en los matices de cada tiempo. Cuando conoces aunque sea a grandes rasgos cierto procesos históricos, ves cómo los personajes y las situaciones se reproducen: Indalecio Prieto/Largo caballero; Rodolfo Llopis/Felipe González; Pedro Sánchez/Susana Díaz… Ah, que ahora no toca el PSOE porque está en hibernación hasta las primarias, y la actualidad es eso que en Podemos han llamado Vistalegre II; pues más de los mismo: ¿les suenan palabrejas como mencheviques, bolcheviques, nomenklatura…? Pues eso; una de dos, o ignoran la historia y están condenados a repetirla, o la conocen y se empeñan en recrearla para ver si esta vez sale bien. Ya les adelanto que, de todo aquello, aunque con 80 años de retraso, el ganador fue Putin.
Un comentario en “La naturaleza del escorpión”
Deja un comentario
El contenido de los comentarios a los blogs también es responsabilidad de la persona que los envía. Por todo ello, no podemos garantizar de ninguna manera la exactitud o verosimilitud de los mensajes enviados.
En los comentarios a los blogs no se permite el envío de mensajes de contenido sexista, racista, o que impliquen cualquier otro tipo de discriminación. Tampoco se permitirán mensajes difamatorios, ofensivos, ya sea en palabra o forma, que afecten a la vida privada de otras personas, que supongan amenazas, o cuyos contenidos impliquen la violación de cualquier ley española. Esto incluye los mensajes con contenidos protegidos por derechos de autor, a no ser que la persona que envía el mensaje sea la propietaria de dichos derechos.
A menudo me da la impresión de que los que citan simplemente alardean de datos. Como dijo tal o como dijo cual… lo importante es mencionar al tal y al cual. Yo sospecho que el número de actividades diferentes que podemos emprender los seres humanos es bastante limitado y que ya debe haberse cumplido, así que, conociéndolas o no, estamos irremediablemente condenados a repetirlas. Como dijo Kunta Kinte, nadie escarmienta en cabeza ajena, así que repetir es la única manera que tenemos de aprender.