Debe ser la armónica
Pongo por delante que me encanta Boy Dylan. Hoy le han dado el Premio Nobel de Literatura. Otras veces, a la media hora, había en todos los grandes medios digitales opiniones de críticos, estudiosos, periodistas y escritores. Han pasado más de tres horas y todos se limitan a dar la noticia, poner unas fotos y hacer una encuesta, que en todos los casos no está de acuerdo con el fallo entre el 65 y el 80 por ciento. Nadie se moja, yo solo cavilo y supongo. Y pregunto que si a Dylan, que toca la armónica, le han dado un Nobel de Literatura, ¿cuál será el tamaño del premio que le den a Elton John, que toca el piano? Ah, sí, las letras. ¿Y Georges Brassens, Chabuca Granda, Lluis Llach, Violeta Parra, Jacques Brel, Atahualpa Yupanqui, Georges Moustaki, Consuelo Velázquez, Bruce Springsteen, Joan Manuel Serrat, José Alfredo Jiménez…? ¿Cómo es que ninguno estuvo nunca ni de lejos en las listas de Estocolmo? Está claro, es la armónica.