Cuarteta sanchezca de la investidura
Los verseadores populares canarios llamaban cuarteta al conjunto de cuatro décimas espinelas que contaban o proponían un asunto concreto. Esta es, por lo tanto una cuarteta, 40 versos:
Sobre la teórica diferencia entre humanos y bestias
Los verseadores populares canarios llamaban cuarteta al conjunto de cuatro décimas espinelas que contaban o proponían un asunto concreto. Esta es, por lo tanto una cuarteta, 40 versos:
Entre los que se lo toman todo como una ofensa personal, los que elevan a categoría suprema cualquier elemento y quienes se la cogen con papel de fumar, siempre hay motivos para el debate-bronca-griterío. Ahora es la bandera tricolor de las siete estrellas verdes, que cumple 52 años, y como a algunos cualquier cosa les huele a independentismo (o les conviene airearlo), han metido una vez más a los jueces en el baile para que impidan que esa bandera ondee en edificios oficiales. Al final consiguen lo contrario de lo que pretenden (o en realidad es lo que se proponen), dar publicidad a lo que quieren ocultar y hacer que muchas personas a las que las siete estrellas nada les dicen, o no ven la diferencia entre el azul de la bandera estatutaria y el celeste de la estelada, se pongan de parte de la libertad de izar cualquier bandera, y más si se trata de un recuerdo a un momento de nuestra historia en el que tratábamos de recuperar nuestras señas de identidad. Continuar leyendo «La bandera tricolor»
Pedro Lezcano es un nombre de nuestra literatura mil veces repetido, con todo merecimiento porque es un referente literario del siglo XX en Canarias, pero no reconocido en todas sus dimensiones. Tiene una etiqueta, la de poeta -que lo es- y creo que toca ensanchar el campo visual sobre su obra literaria. Pero Lezcano es, en efecto, un gran poeta, pero su creatividad tiene muchas caras, dentro y fuera de la literatura. Una de ellas es el teatro, en el que fue actor, director y motor de un grupo de entusiastas aficionados que se lanzaron en los años cincuenta a hacer teatro con vocación profesional, para llenar el vacío que había en los escenarios isleños.
También fue autor. No se prodigó mucho en esta faceta, pero sí que escribió trabajos muy interesantes. Las generaciones más jóvenes pudieron verlo en todo su esplendor cuando interpretaba (que no recitaba) La maleta, pieza que él concibió como un monólogo. Continuar leyendo «Amor y dolor en el teatro de Pedro Lezcano»