Las tres vidas de Gelu Barbu (*)
Gelu Barbu fue una institución en Las Palmas de Gran Canaria muy pronto. Llegó a esta ciudad empujado por una dolencia de espalda y atraído por el clima cálido, y fundó el primer ballet estable que ha habido en la ciudad. Fue primera figura en Bucarest y en la URSS, y tuvo como maestro en la Academia Vajanova -la mejor del mundo- a Alexander Puskin, bailarín último descendiente del poeta del mismo nombre. Odiaba el amaneramiento de los bailarines en el escenario y defendía que un buen bailarín debe ser viril y fuerte.
Su historia personal es tan dura como esperanzadora. Una y otra vez la vida le fue poniendo la pared de frente, pero él, siempre con la esperanza como antorcha, fue capaz de volver a empezar, hasta que se enamoró de Las Palmas de Gran Canaria y se quedó para siempre. Poco a poco, el tiempo ha ido repartiendo justicia, cayó aquel muro berlinés que Gelu cruzó cuando todavía el cemento no había fraguado, se le ha reconocido en Canarias su dedicación y su identificación con esta sociedad y en Rumanía se acabaron los dictadores. Continuar leyendo «Las tres vidas de Gelu Barbu (*)»