El tardío charro Vicente Fernández hizo en 1980 muy popular una canción en la que afirmaba que como México no hay dos, hasta el punto de que aseguraba que la Virgen María vivía en México mejor que con Dios. Y desgranaba un rosario de tópicos: tequila, mariachis, un sol incomparable y parranda sin fin. Y ese México es un mito, un invento de aquellas películas de los años cuarenta, porque realmente nunca existió. En realidad, como ese México no hay dos, porque lo cierto es que ni siquiera hubo ni hay uno. Hay otros Méxicos, alguno muy sangriento y doloroso que es el que hoy llena una y otra vez de violencia el suelo mexicano y los espacios mediáticos. También la literatura.
Fernando del Paso es un escritor mexicano que se ha empeñado en que se entienda que ese México de corridos, pistolones y machitos bigotudos es mentira, y que realmente -rancheras aparte- es muy poco edificante. Es un novelista consagrado desde hace cincuenta años, ya con su primera novela, pero nunca fue el primer escritor de su país en ser nombrado, e incluso casi nunca aparecía en un listado rápido encabezado por Fuentes, Paz, Pacheco y Monsiváis, que fueron durante medio siglo la jaculatoria obligada de la literatura mexicana. Tiene una obra larga aunque pocos títulos, porque en cada novela se expandía hasta llegar y sobrepasar en alguna las mil páginas (Noticia del Imperio). Pero siempre estaba ahí, como un pilar que sostenía otras veleidades de las modas de su país, y hasta dicen que creó escuela.
El México violento, confuso y desencantado que aparece hoy en las novelas de Jorge Volpi, Guadalupe Nettel, Elmer Mendoza o Juan Villoro no surge de la nada. Proviene de un tiempo que podríamos llamar nostálgico en el que había que mentar a Azuela, venerar a Arreola y adorar y sacar cada día en procesión a Rulfo. Y este tiempo en el que se escribe todo esto pero que no se narra a sí mismo es el que cuenta Fernando del Paso, y para entender la deriva de un país en un siglo, desde la romántica revolución que desembocó en el eterno (y por ende corrupto) PRI hasta el caos actual, en el que los cárteles ponen en cuestión al propio estado.
Mentiría si dijera que esperaba que un escritor como Fernando del Paso estuviera en la lista de los posibles Premios Cervantes. Es un premio justo pero al mismo tiempo es una enorme sorpresa, creo que incluso para el propio autor, al que le han jalonado su trayectoria de premios importante pero que no figuraba en la lista de los elegidos para los galardones supremos. En realidad es una gran noticia, porque el jurado ha sido capaz de abstraerse de modas y cantinelas. Dada la extensión de sus obras, y aunque apenas llegan a la media docena sus novelas, yo recomiendo Palinuro de México y sobre todo Noticias del Imperio, para quienes quieran acercarse al México real contemporáneo que empieza a construirse cuando fusilan en Querétano a un emperador Habsburgo que llevaron desde Viena.
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(Este trabajo fue publicado en la sección de Cultura del periódico Canarias7 el13 de noviembre de 2015).
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