El camino de Teror

zzTALLERO.JPGYa empiezan la gente de Gran Canaria a encaminarse a Teror, donde se concentran siglos de memoria alrededor del recuerdo legendario de lo sucedido en un pino ya desaparecido. La Virgen del Pino traspasa lo religioso y forma parte de la esencia de un pueblo, que ha ido heredando durante generaciones la costumbre de caminar hacia Teror en vísperas del 8 de septiempre, para estar allí el señalado día del Pino. Es la fiesta mayor de Gran Canaria, a la que asisten miles de canarios, arrodillados romeros implorantes o agradecidos, parranderos que no duermen y amantes de las tradiciones que entienden esta fiesta como un exponente de eso tan abstracto que llamamos identidad. Lo que sigo sin entender es por qué en un estado constitucionalmente aconfesional las instituciones se personan en un hecho estrictamente religioso. A mí las Fiestas del Pino me parecen una hermosísima expresión íntima y popular de los canarios, colectivamente y desde las creencias personales. Que esa afluencia de peregrinos, parranderos e isleños en general se produzca de forma espontánea cada ocho de septiembre me emociona como canarión. ¿Qué pintan en Teror las autoridades, incluyendo al representante del Rey de España? Una fiesta es religiosa, popular o ambas cosas porque así lo quiere un pueblo, Ya sé que predico en el desierto, porque el argumento de este artículo lo he repetido docenas de veces en las últimas década. Feliz camino de Teror.

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