Días de julio

zzzzzLas_Largas_[1].jpgCuando llega julio y el calor me entra una extraña zozobra, que debe ser genética porque el levantamiento militar del 18 de julio de 1936 ocurrió mucho antes de que yo naciera. Recuerdo que cuando yo era niño las personas mayores que sí lo vivieron solían decir frases alusivas al calor y a la fecha cuando esta llegaba («hoy hace tanto calor como en el 36», «este 18 de julio está más fresco que del día que estalló el Movimiento»). Sí, llamaban Movimiento (con mayúscula) al golpe de estado de Franco. Luego, siendo un adolescente, leí la novela Tres días de julio, de Luis Romero, que recreaba aquellos días aciagos en los que empezó la guerra civil, con el calor sofocante de julio siempre al fondo. Por si esto fuera poco, en 1976 vi la película de Jaime Camino Las largas vacaciones del 36, y más de lo mismo, mucho calor, gente preocupada en mitad de sus vacaciones y el comienzo de una tragedia. Por eso suelo pasar de puntillas sobre el 18 de julio, sobre todo cuando hay tensiones políticas. Nunca había escrito sobre esta sensación, pero ahora que algunos con presencia y peso empiezan a decir que la situación española se puede enrarecer, me viene esto a la memoria. Y porque es julio. Supongo (y espero) que solo sea un sensación nacida de la literatura y el cine. Ficción. Nada más.

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