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¿El Sol es propiedad privada?


zzzoooDSCN4404.JPGCuando se descubrió la electricidad, Nikola Tesla, ingeniero austrohúngaro emigrado a Estados Unidos, ideó un dispositivo por el cual la electricidad se podría transmitir sin cables desde unos emisores, y así todo el mundo tendría acceso a ella. A esto lo llamó transmisión inalámbrica de la energía, algo parecido a la Wi-Fi que hoy cubre una zona con acceso a Internet. Pero, claro, eso no era rentable, porque todo el que estuviera en el radio de acción de la torre disponía de energía eléctrica, y triunfó el sistema por cables de Edison, menos avanzado pero que servía para instalar contadores individuales y hacer caja (la guerra de Edison con Westinghouse sobre corriente continua y alterna es otra película). La calefacción, el ventilador, el aire acondicionado o el hielo de la nevera nos lo cobran en la factura eléctrica, y entre todos generamos el gran negocio de la energía, sea con carbón, petróleo o hidráulica, que proviene de saltos de agua generalmente públicos. También hay negocio en las energías renovables, porque con la disculpa de la instalación y manteniniemto de placas solares, molinos o centrales geotérmicas también se hace mucho dinero. Ocurre como con el agua que pagamos a precio de oro en garrafas o botellas, cuando su coste en la fuente es irrisorio. Pero lo que nos faltaba es que nos cobrasen el sol. Se entiende que si compras energía eléctrica generada por placas solares la pagues, pero si la placa es tuya y la energía procede del astro solar no se entiende que haya que pagar porque con ello nos cobran algo que no solo es público, sino una energía que viene de un lugar que no es propiedad de ninguna multinacional (de momento). ¿Nos van a cobrar por contemplar una puesta de sol? ¿Qué va a ser lo siguiente: pagar por bañarnos en la playa o por respirar?

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Entrevista de trabajo

La joven viajó desde la casa de sus padres en la capital hasta el sur de la isla, donde playas de ensueño habían propiciado magníficos hoteles que siempre estaban llenos de turistas y generaban grandes beneficios. Con gran esfuerzo propio y de su familia se tituló en la universidad, aparte de dominar informática, inglés y alemán y tener inteligencia, juventud, belleza y una ilusión que derribaba murallas. Había superado todas las cribas para ocupar un puesto de trabajo acorde a su titulación en una gran empresa hotelera y se presentaba a la entrevista final con el gerente.
-Tiene usted el mejor perfil y por eso la hemos escogido- le dijo el gerente.
-Muchas gracias; me gustaría saber las condiciones, el horario, en fin…
-No hay horario, su trabajo depende de las necesidades de la empresa, así que deberá estar siempre disponible. Veo que no es de por aquí, por lo que le digo que deberá vivir en la zona porque no pagamos kilometraje por desplazamientos.
-Ya, y ¿cuál va a ser mi salario?
zzzxgDSCN4400.JPG-Cuatrocientos euros.
-A ver… ¿Esa cifra es porque me contratan en calidad de becaria, en periodo de pruebas hasta que sea definitivo?
-No, no. Va a ser usted la responsable de las relaciones públicas de la empresa.
-Pero es que con 400 euros no tengo ni para el alquiler de un apartamento.
-Pero tendrá en su currículum el prestigio de haber trabajado en el sello Bardinia Beach. Es una gran oportunidad.
-No puedo aceptar por respeto a mis estudios y al esfuerzo que han hecho mis padres para mi formación.
-¿Pero qué te has creído, niñata? Debes saber que esta es una empresa de esta tierra que es modelo de gestión, que opera en Holanda, Suecia y Alemania.
-No creo que en Europa paguen estos salarios; parece que por aquí no se aplica la Declaración Universal de los Derechos Humanos. La esclavitud ha sido abolida hace siglos, también en esta isla.
Y se fue.

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Alexis llega al rellano

Alguien dijo que los premios hacen daño… a quien no los gana. Y es verdad, porque los escritores de raza no corren el mundial de motociclismo, escriben para desarrollar su obra, no para ganar premios. Este es el caso de Alexis Ravelo, un novelista que ha ido haciendo un camino, que se me antoja una escalera, cada novela un escalón, que como toda obra honesta lleva a ninguna parte y desemboca en todo el mundo. Libro a libro, peldaño a peldaño, Alexis ha ido construyendo su escalera, no sin un gran esfuerzo personal, que en el último año ha explotado. Sin duda Alexis tiene ese don que otros llaman talento, pero eso no es un mérito, se tiene o no se tiene, como los ojos azules o las manos grandes. El mérito está en cultivar ese don, trabajar muchas horas con el cincel del escultor hasta dar forma a la obra, porque como decía Miguel Ángel, la escultura está dentro del bloque de mármol, solo hay que quitar lo que sobra.
zzzzzCIMG1221.JPGY Alexis Ravelo, que ya venía armando mucho ruido del bueno con sus novelas (una escandalera con la última), de repente obtiene el Premio de Novela Negra Ciudad de Getafe, que es uno de los galardones más prestigiosos del género en España, y eso significa que, de pronto, ha saltado dos escalones y ha alcanzado otro rellano. La importancia de los premios es que hacen visible a un autor que tiene detrás una trayectoria, y por eso es tan importante para Alexis. Luego viene lo otro, el gran momento que vive la literatura en Canarias, con autores y nombres que dan el salto y son reconocidos fuera (o lo fueron en su momento), que son traducidos a otras lenguas y que todos juntos conforman una luminaria en la oscuridad cerrada de esta tierra empeñada en negar a los suyos.
Se dirá que este es un premio a la novela negra escrita en Canarias, a nuestra narrativa y hasta a nuestra literatura urbi et orbi. No; todo lo que se dice es verdad, estamos en un momento espléndido y todo eso, pero suena muy mal cuando se oye decir que hoy «le ha tocado» a Alexis. No le ha tocado, esto no es la bonoloto, el Premio Ciudad de Getafe no es por sorteo, se concede por la valoración de una novela. Los que somos sus amigos nos sentimos premiados afectivamente, pero esto tampoco es un gol que se marca después de una jugada colectiva, es un premio personal, que Alexis Ravelo podrá dedicarlo a quien quiera, pero literariamente es su momento. Y así debe ser. Los demás estamos para alegrarnos por él y para felicitarlo, y cuando alguna de las otras personas que escriben por aquí obtenga un reconocimiento aplaudiremos también, porque formamos un todo, lo cual no es contradictorio con que se le dé a cada uno lo suyo. Es lo justo.
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(Este trabajo se publicó en el suplemento Pleamar de la edición impresa de Canarias7 del pasado miércoles)