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Día de las Letras Canarias… Y tres piedras


El 21 de febrero se celebra el Día de Las letras Canarias, una fecha que debiera servir para promocionar a nuestros autores y para alentar a esa panda de locos y locas que todavía siguen tratando de hacer literatura (es que me han dicho que en Canarias se sigue escribiendo, tendré que seguir indagando). El primer año de su implantación (2006) ya se le dedicó a Viera y Clavijo, y este año otra vez porque es el bicentenario de su muerte. Si se escogió esa fecha fue porque es la de su fallecimiento en 1813, de manera que de alguna forma todos los años se homenajea al gran ilustrado de Los Realejos, lo mismo que cada 23 de abril se rememora a Cervantes. Cada año se escoge a una figura para recordarla, pero por lo visto hay tan pocas que, apenas transcurrida media docena de años, ha habido que repetir.
aadialetra.JPG(Ya que aquí no hay escritores aborígenes, para próximas ediciones, propongo dedicar el Día de las Letras Canarias a autores que han estado en Canarias quince minutos o que han escrito algunos renglones en los que se nombra a estas islas: Gala, Verne, Aldecoa, Agatha Christie, Saramago, o Cristóbal Colon, que nos nombra en su cuaderno de bitácora. Y hay más…)
Parece ser que para la oficialidad (e incluyo para las universidades), aquí solo hay media docena de autores, todos muertos, y ni se les ocurre recordar, por ejemplo, a una generación, como la de Poesía Canaria Última, de la que ya faltan varios componentes y los que quedan han cumplido todos los 70 años. En términos oficiales, sea en las instituciones dedicadas a la cultura (es un decir) o en los manuales y estudios al respecto, aquí el último que escribió poesía fue Andrés Sanchez Robayna, y en narrativa los del boom del 70. Y se acabó, si acaso salen en letra pequeña algunos posteriores, siempre con la cantinela de que ya se ocuparán de ellos, y así llevan más de 30 años.
zzspeineta[1].JPGPor supuesto, no hubo en los 80 una generación poética y narrativa que bauticé Del Silencio, porque nadie se percataba de su obra, tampoco hubo poesía en los 90 que nombré (también fui yo, lo siento) como Poetas del Milenio, no existió una colección oficial con más de treinta títulos llamada Nuevas Escrituras Canarias (también me sonroja decir que la codirigí, pero más me molesta que se ignore), no han salido nuevos poetas en los Premios Tomás Morales, Ciudad de Las Palmas o Pedro García Cabrera, no ha habido autores canarios con proyección en ediciones y premios de fuera, no se han escrito cien novelas en los 80, 90 y en el nuevo milenio, no existe una llamada Generación 21, no hay una floración de novelistas de más de 40 años que están haciendo excelentes novelas, negras y de todos los colores… . Así que, otra vez Viera y Clavijo, y venga a publicar enciclopedias, estudios, tesis y antologías de las que se deduce que en Canarias no escribe ni Dios desde los años 70, y todos esos que he nombrado deben ser una especie de leyenda urbana, porque no constan. Tal es la escasez de escritores, que en sede parlamentaria propusieron hace un par de años al gran cientifico Blas Cabrera como figura literaria para homenajearla en una de las ediciones del Día de Las Letras Canarias. El asunto no salió adelante, pero estoy convencido de que los próximos en constar como escritores en Canarias serán el futbolista David Silva cuando publique sus vivencias en las Eurocopa y el Mundial, o alguna erudita que nos contará en letra impresa sus noches de sexo televisado en Gran Hermano. Y es que me han dicho que esta noche va a haber una movida con escritores en el Hotel Madrid (me suena ese nombre), pero también debe ser un rumor infundado, porque, que se sepa oficialmente, aquí escritores vivos no hay. Así que, con todo mi amor, les digo: DIA DE LAS LETRAS CANARIAS… Y TRES PIEDRAS.

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Otra vez la misma película


En estos momentos, utilizar el tiempo, el esfuerzo y el dinero del Parlamento para celebrar eso que llaman el Debate sobre es Estado de la Nación me parece una frivolidad. El Parlamento está para legislar y controlar. El control es nulo cuando una mayoría absoluta borreguista dice a todo que sí o que no al dictado, y que yo sepa las leyes verdaderamente importantes que hay que hacer o reformar se siguen debatiendo en las tertulias radiofónicas y en la prensa de uno y otro signo, pero no avanzan ni un centímetro. Es más, escribo esto un día antes de que se celebre el dichoso debate y ya puedo decirles en qué va a consistir: Rajoy hará un discurso triunfalista agarrándose a la reducción de déficit público y al aumento de la productividad, y es verdad que el déficit es menor porque ha recortado por todas partes, y por consiguiente, si menos trabajadores zzgatos59.JPGsacan adelante el mismo trabajo en los servicios públicos (también pasa en la empresa privada), al dividir lo producido entre un divisor más pequeño da un cociente mayor. Aritmética elemental y por lo tanto demagogia. Por su parte, la oposición pondrá sobre la mesa el ventilador de la corrupción y asistiremos al enésimo capítulo del culebrón «y tú más», mientras que los nacionalistas vascos y catalanes airearán sus banderas soberanistas echando la culpa a España de todo lo que les pasa. Habrá propuestas del PP que se aprobarán por mayoría, y de los otros partidos que serán rechazadas una por una. En los medios habrá un par de días de artículos a favor y en contra y debates paralelos y se acabó. Más allá de la retórica partidista, ninguna propuesta que favorezca el empleo, que detenga los desahucios, que moleste un tanto así a las grandes corporaciones o que ponga un poco de orden en el desmadre general. Tiempo perdido y pagado por los ciudadanos, mucho hablar (y siempre con lo mismo, ni siquiera son originales) y poco hacer (más bien nada). De manera que, si quieren una lección de demagogia pata negra de una y otra parte, no se pierdan el Debate, con el que ocurre como con las películas que hemos visto y que encima son malas, que se vuelven insoportables. Si ocurriera el milagro de que sirviera para algo, yo sería el primero en aplaudir y rectificar.

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Paradójica incomunicación

zzzPICT010055.JPGHay medios de comunicación con extraordinarias posibilidades, y la televisión lo es, pero resulta que justamente esas posibilidades están siendo utilizadas hasta el máximo para destruir cualquier tipo de sociedad civilizada que se precie. Es un instrumento adormecedor de las conciencias y alentador de cuantas estupideces es capaz de hacer el ser humano. La radio tiene todo tipo de programas, desde los deportes hasta el debate, la filatelia, la música, la literatura y la gastronomía. También las grandes cadenas obedecen los dictados de sus amos, pero hay todavía espacio para buscar horas de entretenimiento, información y cultura. Con la prensa escrita pasa lo mismo que con la radio. Hay prensa del corazón, hay periódicos que sirven a determinados intereses, pero siempre queda un resquicio para el debate, la controversia y la razón. Lo triste es que Internet, que es otro medio de comunicación de posibilidades increíbles hace tan solo unos años, va camino de convertirse en otro gran instrumento destinado a idiotizar. ¿Y los móviles-Ipads-tabletas…? Ya es un vicio. ¿Para qué quiere un trasto de esos un niño de 12 años? Claro, es otra manera de sacar dinero, con mamarrachadas, musiquillas y concursos televisivos que se autosufragan a través de la factura del teléfono. Otra cosa es la utilización de la red como instrumento de información y educación, pero eso es lo que menos se hace. Desde luego que no me niego a los avances tecnológicos, pero me da escalofríos pensar en las horas que se pasa la gente viendo páginas insulsas, metida en chats estúpidos o escribiendo mensajitos totalmente prescindibles. Y se da la paradoja que con tantas posibilidades de comunicación, vivimos posiblemente la época en la que más que nunca el ser humano se siente aislado.