Los Reyes Magos
Los Reyes Magos vendrán y me temo que, como todos los años, habrán hecho un desigual reparto, aunque ellos no tienen la culpa de no haber podido llegar a todas partes, porque me imagino que a estas alturas de la Historia tendrán sus gobiernos, sus parlamentos y sus presupuestos en los países de los que son reyes, que no sabemos cuáles son, y ni siquiera estamos seguros de que sean reyes, sino más bien magos o sabios, como dicen Las Escrituras. Pero está claro que las desigualdades no se resuelven ni con monarquías ni con con magia ni con nada que salga de la mente de los hombres, y menos cómo se ha puesto la circulación. Imagínenese cómo será el asunto para los Magos de Oriente, que tienen que conformar a todo el mundo, si nosotros nos estresamos comprando las tres boberías que regalamos cada año, y siempre nos coge el toro. Bien es verdad que nosotros no somos profesionales del regalo y ellos sí, pero con los recortes de este tiempo y teniendo como vehículo unos viejos dromedarios desentrenados, más no se puede pedir. Como mucho que sean magos en vez de reyes, porque estos al menos sacan conejos de la chistera y los reyes piden más que dan.