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Los Reyes Magos

zzreyes-magos-de-oriente[1].jpgLos Reyes Magos vendrán y me temo que, como todos los años, habrán hecho un desigual reparto, aunque ellos no tienen la culpa de no haber podido llegar a todas partes, porque me imagino que a estas alturas de la Historia tendrán sus gobiernos, sus parlamentos y sus presupuestos en los países de los que son reyes, que no sabemos cuáles son, y ni siquiera estamos seguros de que sean reyes, sino más bien magos o sabios, como dicen Las Escrituras. Pero está claro que las desigualdades no se resuelven ni con monarquías ni con con magia ni con nada que salga de la mente de los hombres, y menos cómo se ha puesto la circulación. Imagínenese cómo será el asunto para los Magos de Oriente, que tienen que conformar a todo el mundo, si nosotros nos estresamos comprando las tres boberías que regalamos cada año, y siempre nos coge el toro. Bien es verdad que nosotros no somos profesionales del regalo y ellos sí, pero con los recortes de este tiempo y teniendo como vehículo unos viejos dromedarios desentrenados, más no se puede pedir. Como mucho que sean magos en vez de reyes, porque estos al menos sacan conejos de la chistera y los reyes piden más que dan.

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Nostalgia bajo los palos

zz0102080147[1].jpgLa muerte del ex portero de la selección uruguaya Ladislao Mazurkiewicz hace que la nostalgia encuentre una rendija en la memoria del Mundial de México en 1970, que tan brillantemente ganó aquel mágico Brasil de Gerson, Jasirzinho, Tostao, Rivelino y cómo no O Rey Pelé. No habia televisión en directo en Canarias, y los partidos se veían al día siguiente (en blanco y negro, por supuesto). Aquel es el primer Mundial del que entendí el mecanismo de la competición, aunque antes supe del de Inglaterra y, ya en la nebulosa, del de Chile. El jugador más admirado por la muchachada era sin duda Pelé, aunque también tenían muchos seguidores los italianos Mazzola y Riva. Pero a pesar de tanto artista del balón con los pies, la memoria de ese Mundial es la de dos porteros: Lev Yashin y Ladislao Mazurkiewicz. El primero, porque se sabía que era su última gran competición, ya que el ruso se retiró en 1971, pero dejó clara su categoría hasta el punto de que fue elegido por la FIFA mejor guardameta del siglo XX. En México destacó Ladislao Mazurkiewicz, que fue designado mejor portero de ese Mundial, y era tan bueno que el legendario Yashin le regaló sus guantes y dijo entonces que era su sucesor, aunque para entonces el uruguayo ya había ganado alguna Copa de América. Al leer la noticia de su muerte, me he visto por un momento en aquellos años, y recuerdo lo orgullosos que estábamos porque, retirado Yashin, el mejor portero del mundo hablaba español. Eran tiempos en que nos conformábamos con poco, aunque en España nunca hemos andado mal de porteros (Zamora, Ramallets, Iríbar, Arconada, Casillas…)

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Propósitos

zzzFoto0544.JPGSiempre fue una manida tradición en los medios hablar de los propósitos personales para el nuevo año, pero esta vez, cuando están cayendo chuzos de punta, es comprensible que casi no se atrevan a hablarle a la gente de proyectos de mejora: reintentar por enésima vez estudiar inglés, dejar de fumar, comer más sano, aguantar en el gimnasio más allá del primer mes… Durante estas fiestas a la gente incluso le daba cierto reparo pronunciar una felicitación, y habrán observado que se dice menos «felicidades» y se usan más expresiones como «que todo vaya mejor» o «que tengas un buen año». No ha habido consigna, sino una reacción del inconsciente colectivo, que va con pies de plomo porque cada hora que pasa viene otra racha nueva del viento del desánimo. Creo que quienes dirigen este país debieran decir a la gente cuál es el proyecto, qué se persigue, cómo ha de colaborar cada uno, y juntos tratar de salir adelante como colectividad. Pero no dicen nada, cortan aquí, ajustan allá, atemorizan acullá, y así no hay manera de crear esperanza y ponerse las pilas para salir del bache. Si se supiera cuál es la dirección, habría más ilusión, pero con la sensación de que todo se hace o se deshace para nada es más complicado. Claro, es que la mayoría de los dirigentes no han llegado a plantearse esto porque siguen cobrando salarios altísimos, y me temo que mientras puedan raspar esos salarios del presupuesto les dará igual lo que nos pase a los demás e incluso lo que le pase al país. Ojalá me equivoque y cambien el chip, hace falta. Ya saben, les deseo el mejor año posible.