El valor de la información

zsarbolito.JPGDesde que existe la prensa, allá por el siglo XVIII, se ha utilizado la información para crear estados de opinión. Napoleón dictaba mensajes que eran reproducidos por todas partes para convencer a los franceses de la necesidad de hacer grande a Francia, humillar a los germanos, conquistar Rusia y llegar por La Península Ibérica al Cabo de San Vicente, que la mayoría de los franceses ni quiera sabían dónde estaba. Es más ni siquiera sabían leer, pero siempre había alguien en cada pueblo que leía en alta voz. Este fenómeno ha ido aumentando con el tiempo, y si Ortega y Gasset fue tan conocido en su tiempo como hoy puedan serlo Antonio Gala o Pérez-Reverte fue porque la mayor parte de su obra la escribió en la prensa, y España entera esperaba a ver qué habían escrito Don José (Ortega), Don Miguel (Unamuno) y Don Manuel (Azaña). En definitiva, el poder de cualquier clase sabe que controlar la información es un arma definitiva, y a veces incluso sobreinforman para que no pueda separarse el grano de la paja. Hoy tenemos acceso a miles de datos, pero si no los relacionamos nada concluimos, y por ello nos ahogan en información, para que no podamos pensar. Y ya sabemos que las ideas colectivas van macerándose a través del goteo diario, y si en nuestro ámbito Harry Truman no es un criminal de guerra (Hiroshima y Nagasaki) es porque en Occidente no hablamos japonés.

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