Islandizar España
Hace unos días, el Primer Ministro islandés dijo en una entrevista que lo que había hecho Islandia cuando se produjo el estampido bancario fue salvar a los ciudadanos y meter en la cárcel a los banqueros. Cada vez que se habla de unas medidas similares aquí te salen con que en Islandia son solo trescientos mil habitantes y aquí 44 millones. Con mayor razón, porque las cantidades que se barajaron en la crisis islandesa fueron tremendas, y divididas por el número de ciudadanos daba una cifra de deuda por persona mucho mayor que la de aquí. Que esa es otra, porque resulta que la deuda privada de los bancos acaba convirtiéndose en deuda soberana, es decir, que lo que deben ellos se transforma en deuda de todos y encima no se cansan de decirnos la insultante frase de que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. No es cierto, era una cueva de ladrones donde todos los beneficios iban a parar a paraísos fiscales, o había (y hay) empresas españolas que tributan en otra parte (o sea, que no tributan), o empresas extranjeras que en el 2011 facturaron en España tres mil millones de euros y tributaron once mil. Un escándalo. Y cuando preguntas a los responsables del Gobierno si los bancos rescatados con esos casi 40 mil millones devolverán el dinero dicen que sí, que en cuanto obtengan beneficios tributarán al fisco y de esa manera devolverán el dinero. Eso es un sofisma a la vez que una mentira (no es lo mismo) porque se supone que tendrían que pagar a Hacienda parte de sus beneficios aunque no se les hubiera rescatado, y dudo de que vayan a obtener beneficios declarados, porque desde que vuelvan a coger carrerilla se llevarán otra vez el dinero a otra parte. Es decir, nos están destruyendo ladinamente, pero encima pretenden que aplaudamos. Son todos unos impresentables, y por eso tendríamos que echarnos a la calle e «Islandizar» este país. No ocurrirá porque previamente han embrutecido tanto a esta sociedad que la veo incapaz de una respuesta ciudadana fuerte y coordinada, lo que puede ocurrir cuando se rompa la cuerda es una explosión de vandalismo incontrolable. Y ahora vienen Aznar, Felipe y Zapatero a darnos lecciones de política social, impulsos económicos y ajustes racionales. Qué poca vergüenza.