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Vamos por buen camino

zvFoto0516.JPGPues nada, ya hemos entrado en la ruta conveniente, porque hay signos cósmicos que así lo anuncian. Cuanto peor nos iba la economía, mejor se nos daba el deporte, y hablo en plural porque el deporte desata el sentimiento de tribu, y parecía que las canastas, los goles y las medallas eran cosa de todos. Antes, cuando no se ganaba, la gente vivía mejor, y es curioso porque se suele decir que el deporte de élite es la guinda de las sociedades que progresan. Pero está claro que España es diferente, y me tranquiliza que Nadal ya no sea el número 1, que a Gasol lo dejen en el banquillo, que Fernando Alonso no gane el Mundial de Fórmula 1 y que tanto los del tenis de la Copa Davis como los del Mundial de Fútbol sala hayan perdido sendas finales. Ha sido por poco, como antes, cuando Arconada fallaba, cuando un árbitro cegato nos echó del Mundial de Corea o cuando se perdían las finales de Champion en los penaltys. Habrá que ver cómo le va a Contador en el próximo Tour. Ahora la cosa pinta bien, porque hasta el Barça ha perdido con el Celtic, algo impensable hace un par de años. A la UD Las Palmas empieza a irle mejor, y es que el equipillo siempre ha ido contracorriente. Esa es otra señal, aunque me preocupa que el Club Baloncesto Gran Canaria lo está ganando todo, y se corre el peligro de que Iniesta o Casillas ganen el Balón de Oro y que en el 2014 levanten otro mundial en el Maracaná. ¿Por qué España no puede ser normal, y ser parejos en triunfos y en economía, pero por arriba? Es que aquí cuando se trata de jugar ganamos todos, y si no la culpa es de otro, hasta el punto de que por lo visto nadie ha perdido en las elecciones catalanas.

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Homenaje a la música

z36-pentagrama[1].jpgCada 22 de noviembre se celebra el Día de la Música. La disculpa es Santa Cecilia, cuya historia proviene de ese difuso tiempo de los primeros siglos del cristianismo, pues no hay una versión clara sobre su patronazgo. Pero es importante que al menos un día al año nos paremos a pensar en la importancia que tiene la música en la vida y la cultura del ser humano. Desde las primeras manifestaciones humanas, la música ha estado presente como vehículo de expresión, fuese de alegría, tristeza o incluso invocación. El ritmo se hizo presente por diversos medios, con tambores, palmadas o inflexiones de la voz, y los sonidos más dispares aparecieron en cada una de las edades del hombre, empezando con las humildes caracolas marinas o las básicas flautas de caña hasta los más sofisticados instrumentos electrónicos, pasando por una evolución paralela al descubrimiento de nuevos materiales y al desarrollo del conocimiento. Y siempre, el instrumento más perfecto, la voz humana. A menudo no somos conscientes de la presencia que tiene la música en nuestras vidas, con significados sentimentales, sociales o rituales: cánticos religiosos, marchas circenses, música militar, himnos de toda índole, canciones infantiles y toda la música en sus distintas manifestaciones. Una canción, incluso aunque no sea gran cosa, puede llegar a conmocionarnos para bien o para mal porque nos traslada a un momento determinado de nuestra vida, y todos tenemos unas músicas personales aunque no las tengamos catalogadas, porque la música se mueve con el ritmo de los latidos de nuestro corazón. Magníficas son las composiciones de los grandes maestros, pero no hay que ir tan lejos, y cualquier musiquilla de aparente intranscendencia puede remover nuestro interior porque conecta con nuestra memoria. De ahí que la música sea tan determinante en la vida y un elemento fundamental de nuestra manera de ser (dime qué música escuchas y te diré quién eres).

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¿Para qué el Nobel de La Paz?

Después de una semana de ataques y un centenar de muertos en Gaza, parece ser que La ONU ha movido una ficha muy suave, no porque le preocupen los muertos, sino porque trata de que Israel no inice una ofensiva terrestre de consecuencias que no puedan controlarse, porque Assad podría aprovechar e iniciar una huida hacia adelante atacando directamente a Israel. Y todo porque Netanyahu necesita notoriedad para las próximas elecciones. DSCN4183.JPGEl gran argumento es que los judíos tienen derecho a la legítima defensa, cosa que nadie les niega, pero hay que recordar que todo se inicia porque desde Tel-Aviv se ordenó el asesinato selectivo del Jefe Militar de Hamás. La desproporción es tal que hay tres muertos israelíes y más de cien palestinos.
Nada que no haya ocurrido cien veces, pero lo verdaderamente triste es que dos Premios Nobel de La Paz con poder real como Obama y la UE no han movido un dedo para evitar esta masacre. ¿Dónde han estado los dirigentes de la UE y el Presidente de Estados Unidos? ¿Qué hacen en su tiempo libre otros Nobel de la Paz como Jimmy Carter, Al Gore o Henry Kissinger? La respuesta es obvia, facturando conferencias inútiles por medio millón de dólares y dejando que las cosas se pudran. Francamente, el millón de dólares que cada año recibe el Nobel de la Paz podrían usarlo para dar de comer a los 6.000 niños que cada día mueren por inanición en este planeta. Pero claro, es predicar en el desierto, y si gritas mucho pueden cortarte la cabeza como al Bautista.