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Cosas del diablo

zzrDSCN4056.JPGHace unos meses que se habla de las posesiones diabólicas más de lo normal, y he escuchado que hay una corriente en el Vaticano que critica duramente la poca atención que a este asunto le ha prestado La Iglesia en las últimas décadas, concretamente desde la llegada de Juan XXIII al papado. Después de su muerte, libros y películas sobre exoscismos y posesiones diabólicas nos han invadido, aunque ningunas con el impacto de Semilla del diablo (1968) y El exorcista (1973). Luego ha habido historias que rozan ese asunto, como las distintas series vampíricas, que en su mayor parte no se atienen a lo que se supone es el canon del asunto, y nacen así arquetipos de ficción difícilmente encajables en los moldes clásicos. La crítica desde dentro del Vaticano es que al no prestar atención al fenómeno diabólico este ha crecido sin freno, y hace buena la frase de Charles Baudelaire en su relato Le Joueur genereux (1864), donde dice que «El mejor truco del diablo es convencernos de que no existe», cita utilizada luego en la magnífica película Sospechosos habituales (1995). El caso es que por lo visto La Iglesia se rearma contra el diablo, como muestra una información en la que se asegura que la diócesis de Milán ha doblado la plantilla de exorcistas. Mira por dónde, una profesión con buena salida.

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La pornografía del fútbol de élite


zPIE BALON[1].JPGCuando en España hay casi seis millones de desempleados, cuando se reducen las prestaciones en Sanidad, se mutila la Educación y se recorta en servicios sociales; cuando miles de personas se ven en la calle porque les han quitado la casa, cuando las colas en los comedores sociales son cada vez más largas, el baile de millones entre las estrellas del fútbol nos hace sonrojar. Los cantantes han tenido que bajar su caché, los actores sobreviven como pueden, los escritores que tienen la fortuna de vivir de lo que escriben han visto mermadas sus entradas, los pintores y escultores abaratan su obra para poder seguir adelante. Todo el mundo soporta y colabora en el reajuste de esta sociedad, mientras que las grandes estrellas del balompié siguen discutiendo por millones aquí y allá. Ahora se dice que Cristiano Ronaldo quiere un contrato mejor con el Real Madrid. Cobra unos 10 millones anuales libres de impuestos, lo que supone al club millón y medio más porque paga su 15% a Hacienda. Si le renuevan el contrato a 15 millones como parece que pide, entra la nueva ley sobre impuestos a extranjeros y pagaría el 45%, con lo que entre una cosa y otra el Real Madrid tendría que desembolsar el doble que ahora. Y la gracia es que se lo piensan, y hasta hay periodistas que defienden esa operación porque el muchacho por lo visto patea el balón muy bien y cobra menos que Messi. Ese es otro, que con su carita de niño humilde y modosito baila en millones. Y sucede sencillamente porque se los pagan, y siempre hay dinero para eso. No me digan ustedes que hablar de esas cifras escandalosas en estos tiempos no es pornografía.

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70 años de Casablanca

zsuenos-de-seductor-2[1].jpgSiempre fui un entusiasta de Casablanca, y creo que es una extraordinaria película, pero me niego a esas etiquetas de «mejor» película de la historia, que otras veces le cuelgan a Ciudadano Kane y útimamente están emperrados en que sea El Padrino. Está claro que las tres son magníficas, pero revisaba no hace mucho Lawrence de Arabia y me siguió fascinando más si cabe que cuando la ví por primera vez. Hay muchísimas películas muy buenas, y luego vienen los géneros, porque Casablanca no puede compararse con Blade Runner o Johnny Guitar, porque son magnitudes diferentes. Y centrándonos en Casablanca, hay que decir que no se convirtió en mítica hasta treinta años después de su estreno, cuando en 1972 Woody Allen protagonizó Sueños de seductor (*), donde tomaba al Bogart de Casablanca como modelo paródico. Es de esa película de donde sale la idea de que en Casablanca se dice la famosa frase «Tócala otra vez, Sam», que nunca se pronuncia sino en la memoria humorística de Allen. De alguna forma, Woody Allen tiene mucho que ver con la mitificación de Casablanca, si bien siempre fue una película muy valorada, pero no mítica desde el principio con por ejemplo Lo que el viento se llevó o 2001, una odisea del espacio. En cualquier caso, ya que durante tanto tiempo he dado la tabarra con Casablanca, justo es que la recuerde en su setenta cumpleaños.
(*) Como bien me ha señalado un lector, esta película no fue dirigida por Allen, aunque sí que es la adaptación de una obra de teatro suya.