El cambio climático

A las petroleras, a las madereras y a la industria pesada y química sigue sin interesarle el cambio climático. Es más, a menudo aparecen estudios -seguramente pagados por los interesados- en los que se dice que todo es cíclico y que no pasa nada. Pues sí pasa, ya navegan barcos sin rompehielos por zonas árticas por donde nunca se pudo navegar, y no hace falta ser un científico para ver lo que ocurre. zzrfoto0403.JPGEn África, el Sahara se extiende hacia el sur, produciendo las hambrunas del Sahel, y hacia el norte, ganando cada día metros en Marruecos, Argelia y Túnez, donde ya está a las puertas del Mediterráneo. Las calimas que tan habituales son en Canarias por su cercanía, eran muy raras en el sur de Europa, y ocasionalmente llegaban a Sicilia o al litoral de Almería. Ahora las bolsas de aire caliente y el polvo en suspensión llegan a Madrid y más arriba, y el año pasado hubo calima en Roma y Florencia. Es decir, el Sahara se ensancha y pide espacio, pero no quieren verlo, y como ocurre con la crisis económica, los que tienen el poder y la responsabilidad para hacer algo miran para otro lado. Cada vez el Sahara nos visita con más frecuencia y con más fuego. Vean si no qué panorama nos espera, después de un invierno que no dejó agua y de un verano que se presenta desértico. Y mientras se deja de producir energía limpia en estas islas, seguimos quemando petróleo hasta para beber agua. Pero no hay un plan, una alternativa, una idea, solo las recomendaciones de que no salgamos y consumamos mucho líquido. ¿Qué liquido vamos a consumir si esto sigue en esta deriva y nadie detiene el festín de hidrocarburos que nos está matando?

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