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Argentina se encomienda a los muertos

Si quiero ser justo, no puedo pronunciarme sobre la expropiación de Repsol en Argentina porque hay demasiado fuego cruzado y carezco de datos fiables para decidir quién tiene razón. A primera vista, parece una medida populista, pero a la vez mosquea que moleste tanto a Estados Unidos y la UE. Creo que si se quiere tener credibilidad hay que ofrecer seguridad jurídica, y expropiando y nacionalizando no se atrae la inversión exterior. Pero, ya digo, hay demasiadas trampas en esa ratonera y tampoco parece lo mejor que el gobierno español se tome este asunto como un casus belli.
zzzkichtnyer.JPGPor otra parte, la forma en que Argentina ha hecho las cosas refrenda lo que más de una vez he dicho sobre la curiosa y contradictoria manera de ser de los argentinos. Construyen dioses y mitos como nadie, de Perón a Maradona, y se encomiendan a los muertos como tal vez sólo lo hace el gigante del norte, Estados Unidos. De Gardel al Ché Guevara, Argentina tiene más muertos en el santoral que nadie. Los discursos de estos días de la presidenta recuerdan a las encendidas proclamas de Evita (aparecía su foto detrás)hablando a los descamisados desde un elegante vestido parisino aderezado con joyas que matarían el hambre de los que la escuchaban. Evita se arrimó al nombre de su marido y perdió el Duarte por el Perón, y la hoy presidenta argentina no piede de vista a su marido muerto y se hace llamar Fernández de Kirchner. El remache del asunto es que he leído en la prensa digital bonaerense que la presidenta llevará al mausoleo que guarda los restos de su esposo Néstor Kirchner una copia del proyecto de nacionalización de YPF. Eso ya es necro-no sé qué. Y, la verdad, no entiendo cómo pueden ser entendidos y jaleados estos comportamientos que más parecen parodias chaplinianas propias de sociedades incultas en la nación de Borges, Mujica Láinez, Alfonsina Storni, Facundo Cabral y Atahualpa Yupanqui, y en una ciudad, Buenos Aires, que rebosa cultura por todas partes. No lo entiendo.

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Con las cosas de comer no se juega

Ya con unos días de margen después del asunto de Botsuana, se escucha mucho la palabra abdicación, y precisamente en boca de los que han manifestado más abiertamente sus tendencias republicanas. Ya puestos, habría que poner las cartas boca arriba, porque lo de pedir una abdicación resulta extraño, viniendo de quienes conocen todos los recovecos de la política y saben de sobra que primero habría que hacer una ley que reglamente esa figura. zzcoronaaa.JPGEs que con las leyes constitucionales que desarrollan los reglamentos de las instituciones ha habido mucha pereza, pues ya sucedió cuando falleció Leopoldo Calvo Sotelo, que hubo que improvisar una especie de ceremonia porque no existía una normativa aplicable cuando muriese un expresidente de gobierno. Y que la abdicación no está reglamentada lo saben estos figurones. Porque en España hay mucha tricolor en las manifestaciones, pero supongo que a nadie se le esconde que un cambio de modelo político no se fuerza solamente cantando el Himno de Riego. Tiene que haber apoyos bien pertrechados, porque los movimientos de esa envergadura necesitan financiación y gente con influencia para ello. Por eso me malicio si esa cantinela sobre la abdicación no será una manera de crear la sensación de incapacidad de don Juan Carlos, y así justificar acciones posteriores. Y ahora las preguntas: ¿Quiénes están manejando esos hilos? ¿Pretenden realmente la entronización del heredero? Y si la quieren, ¿es porque desean una sucesión de verdad o piensan que sin juancarlismo es más asequible su propósito? Y si quieren la república, primero que se identifiquen y luego que expliquen de qué tipo. Y por último, una petición-consejo: Dejen de jugar al Robespierre, que ahora mismo hay otras prioridades, y no se juega con las cosas de comer (digo comer no por casualidad, y si no pregunten en Cáritas).

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Los números son exactos pero su uso es político

Si pasamos rapidito el anuncio de las nuevas tasas universitarias, deduciremos que en realidad solo suben el 10%, porque las tasas actuales cubren el 15% del presupuesto de las universidades y con la subida alcanzarán el 25%. Pero no es así, porque la subida es del 25% la primera vez, el 40% en la repetición, el 75% la tercera vez y el 100% en cuarta matrícula. Si obramos tan ladinamente como la manera de comunicar que tiene el Gobierno, sacamos la media aritmética y la subida real media de las tasas es de un 60%. La explicación de números y porcentajes se puede manipular por medio del lenguaje, y ahora, dependiendo de los medios y los intereses políticos, los titulares serán sesgados:
1.- LAS TASAS UNIVERSITARIAS AHORRARÁN UN 10% A LAS UNIVERSIDADES.
2.- LOS UNIVERSITARIOS REPETIDORES PAGARÁN MAYORES TASAS.
3.- LAS BECAS UNIVERSITARIAS PARA EL ALUMNADO CON MEJORES NOTAS.
4.- EL GOBIERNO SUBE UN 60% LAS TASAS UNIVERSITARIAS.
zzLI0021A[1].JPGTodos los titulares dicen la verdad, pero no toda la verdad. Lo que sí queda claro, pongan los números que pongan, es que otra vez se castiga a los que tienen menos recursos. Los que tengan dinero podrán repetir cuantas veces sean necesarias porque sus bolsillo lo aguantan bien, y así tendremos futuros profesionales universitarios que habrán obtenido sus titulaciones doblando o triplicando el tiempo y el dinero. Los menos pudientes solo acabarán si son lumbreras, y no tendrán una segunda oportunidad, un error significará el abandono. Los que no sean Einstein, ni siquiera podrán intentarlo.
Asi que, pueden manipular los números y los porcentajes cuanto quieran; el resultado será que se perpetuará una clase poderosa aunque no sea brillante, y la inteligencia quedará en la cuneta si no hay dinero. Recemos pues para que la prole con dinero salga inteligente, porque con ella y solo con ella se cubrirán las profesiones especializadas del futuro.
Disfrazando su discurso con números, porcentajes y palabrerío,
eso es lo que realmente comunicó ayer la secretaria de Estado de
Eduación, Formación Profesional y Universidad, Montserrat Gomendio.
Blanco y en botella…

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NOTA DE LA RAE: Abundando en la decisión reciente de suprimir el futuro de las conjugaciones verbales (si no hay futuro, para qué perder el tiempo), y siguiendo con la línea de ahorro, se suprime el verbo RECORTAR, puesto que REFORMAR significa lo mismo de ahora en adelante.