Política cultural para tiempos de crisis (1 de 2)

Cuando llegan tiempos de crisis, donde primero se cierra el grifo es en el área de cultura, y nadie se rasga las vestiduras porque generalmente se entiende que la cultura es un lujo del que se puede prescindir. Y esto habría que mirarlo con detenimiento, porque hay diversos aspectos que habría que analizar. En primer lugar, habría que establecer lo que cada una de las instituciones públicas que inciden en el área entiende por cultura (casi un centenar en Canarias entre ayuntamientos, cabildos, gobiernos de Canarias y Central), además de entidades privadas que se mueven cerca de este campo. Porque en los presupuestos de cultura entran desde las fiestas tradicionales, con sus fuegos artificiales y bandas de música, hasta la cultura más elitista, desde la música clásica a la poesía, sin olvidar que en medio hay un gran espacio ocupado por manifestaciones multitudinarias como la música «pop».
zbbbFoto0275.JPGLa cuestión es saber cuánto se gasta -con cifras presupuestadas- en Canarias en estos eventos. Si sumamos todo lo antes enumerado, podríamos rebasar los 150 millones de euros, unos 25.000 millones de pesetas (con los recortes quedaría en la mitad, pero sigue siendo mucho dinero), para que se entienda bien. Es evidente que la mitad de esta cantidad va para esas fiestas básicas y tradicionales que en ningún modo pueden faltar porque forman parte esencial de la idiosincrasia de nuestra gente: romerías, procesiones marineras, festivales folclóricos, fiestas singulares como los carnavales, La Rama, el Charco y otras fechas que están grabadas a fuego en la tradición del pueblo canario. La otra mitad de esos 150 millones se dispersa en multitud de actividades sean de música, literatura, artes plásticas, danza, teatro o cualquier otra manifestación cultural, que a menudo se duplica y aun se triplica y que en cada institución se hace según su criterio. Está claro que todos tienen derecho a definir sus políticas culturales, pero el caso es que no suele haber una línea, sino que se va rellenando el calendario a salto de mata, publicando aquí, exponiendo allá, subvencionando una actuación musical acullá.
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(Sigue mañana para no cansarles, que es fin de semana)

Un comentario en “Política cultural para tiempos de crisis (1 de 2)”

  1. Don Emilio, algo que no entiendo es hablar en tiempos de crisis, o vacas flacas, de cultura o, en general, de hacer algo. En «cultura» es fácil eliminar cosas, porque no afecta al estómago, pero qué se hace normalmente, en Cultura?
    Tenemos teatros cuya programación no me dice nada, solo, al parecer, se intenta realizar actos para fuera, para quedar bien en donde, ante quién? Estamos en España, en las Islas Canarias, y no tenemos nuestra culturita? En la calle,las generaciones actuales no tienen idea de nada -de dentro y de fuera- La respuesta más encontrada es que no les funciona el ordenador, o que Internem, no estaba disponible, Pero los más positivo que me contestaron era que D. Teobaldo Power era el nombre de un Teatro en Tenerife…
    Y es lo que dijo yo se quién -pero no lo nombro- los políticos actuales, no son políticos, (concepto de origen griego, como democracia) sino ejecutivos de Empresas que se dedican a la cosa pública y sin estar de alta en la Agencia Tributaria. Por eso hablan del balance, no de la cultura, que es donde está su objetivo y su interés.

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