Fraga sobredimensionado
No niego que Fraga fuese un hombre muy inteligente, e incluso acepto pulpo como animal doméstico cuando se dice que tuvo un papel aglutinador de la derecha en la Transición. Pero creo que se están pasando de homenajes y distinciones, porque, como él, hubo docenas de personas que arrimaron el hombro cuando se murió Franco, cuya participación en el proceso fue muy importante, y se han muerto sin que sonara tanta fanfarria, cuyo remache fue nada menos que un funeral de Estado, que no se le hizo a Tierno Galván, a Torcuato Fernández Miranda, al Cardenal Tarancón ni seguramente se le hará a Carrillo.
Fraga fue un perseguidor del poder, y en una república habría sido republicano, lo mismo que fue ministro destacado en una dictadura. Ahora Ana Botella le va poner su nombre a una calle de Madrid, y suma y sigue. Su más alto cargo fue el de Presidente de Galicia, y si por eso alguien merece un funeral de Estado no entiendo por qué no se le hizo en La Almudena uno a Adán Martín. Ah, que sólo fue presidente cuatro años, pero verán ustedes cómo cuando llegue el día que Pujol o Chaves suban a la barca de Caronte (deseo que sea muy tarde) no se lo harán, aunque han estado gobernando una comunidad más tiempo incluso que Fraga. De manera que no se entiende muy bien todo esto que sucede, pues se ha llegado a decir que fue él quien instauró la democracia en España y es el padre de la Constitución. Cierto es que fue ponente constitucional, pero es sabido que su participación en la ponencia fue más freno que acelerador. La verdad es que toda esta bulla acabará apagándose porque la Historia pone a cada uno en su sitio, aunque molestan las inexactitudes que quieren que nos traguemos ahora.