Una y otra vez se repite la misma historia, desde aquel vergonzoso acuerdo pesquero con Marruecos del Gobierno de Suárez a finales de los años setenta, que significaba implícita (y explícitamente) el reconocimiento de la soberanía de Marruecos sobre las aguas saharianas. Por enésima vez, los pescadores canarios están a merced de componendas que se trajinan muy lejos, y es que lo de Marruecos ya es de de risa; se cachondeaba de España y ahora hace lo mismo con la UE, y los canarios aguantando las consecuencias. Las compañías francesas y norteamericanas que controlan ese país son las que nos perjudican, porque nadie se atreve a pararles los pies. Exigen estrictas medidas en los cultivos agrícolas canarios, pero dejan entrar en la UE productos que vaya usted a saber si tienen los controles sanitarios que hay por aquí. El alisio viene del nordeste, de Marruecos, y quién sabe qué pesticidas nos trae, pero la UE sigue negociando con un estado que confunde el poder político con la propiedad privada. Y lo mismo sucede con los posibles yacimientos petrolíferos cercanos a Lanzarote. Aquí se prohibe su explotación por miedo a que un accidente provoque una marea negra que dé al traste con nuestro turismo, y sin embargo, 50 kilómetros más allá, Marruecos puede agujerear la misma bolsa y causarnos el mismo daño sin que nosotros obtengamos ningún beneficio. Es la misma historia de siempre.
Un comentario en “Marruecos y la desidia europea”
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Algo debe ir muy mal. Ya estoy de acuerdo contigo al menos en la última frase.