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Al filo de la navaja

xxxjFoto0172.JPGParece que en La Península les gusta vivir en el filo de la navaja. Por si no hubiera razones suficientes con la crisis económica, cada cual lleva el agua a su molino y tira de la manta buscando un puñado de votos para las inminentes elecciones generales. El único que calla es quien debería hablar, Mariano Rajoy, que sabe que tiene las elecciones ganadas y no quiere meter la pata, por eso sólo dice generalidades, frases hechas y discursos que son envoltura de la nada en papel de celofán. Desde el punto de vista electoral es una medida inteligente, pero ocultar demasiado las cartas puede hacerle perder terreno, no siempre se gana con los suplentes, a veces hay que sacar el equipo titular. Mientras tanto, los demás no pierden ocasión de echar leña al fuego; que si la rebelión catalana en torno a la inmersión lingüística, que si Bildu juega a las medias palabras para ganarle espacio al PNV, que si ahora Zapatero hace caso a Rubalcaba y reinstaura el impuesto sobre el patrimonio, que si González Pons dice, que si Esperanza Aguirre hace… En Canarias es donde parece que todos han quedado mudos. A estas alturas, no sabemos casi nada de posibles candidatos, ni de cómo van a confeccionar las listas los nacionalistas re-unidos, nada. Es como si las elecciones fuesen solo en La Península, porque si los de allá se pasan los de aquí no llegan. Y aunque confíen mucho en la potencia de la publicidad electoral, el conocimiento público de los líderes no se improvisa, sobre todo si a dos meses de las urnas no tenemos ni idea de quienes van a ser.

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No nos falta de nada

Eramos pocos y reventó una central nuclear en Francia. No nos falta de nada. Si el mundo está como está por la guerra de la energía, estas noticias son preocupantes. Nadie se cree que tantas invasiones y tantas guerras dirigidas desde el mundo desarrollado sean para predicar la democracia. Qué casualidad que siempre suceden en países que tienen petróleo y gas natural. zzptrooo.JPGEn realidad es una guerra para controlar la energía, que es lo que mueve el hiperdesarrollo de Occidente. Luego está el coltan en el Congo para teléfonos móviles, consolas y demás, y el resto es hidrocarburo, o países que no lo tienen pero que están en esa ruta. No veo yo que la ONU plantee operaciones militares en países sin recursos, si allí hay democracia o un dictador terrible da igual, como no hay petróleo, ni coltán, ni diamantes… Francia y Japón no controlan espacios petrolíferos abundantes, y para ser autónomos se han dado a la energía nuclear. A veces me da risa cuando se oponen en España a las centrales, y el peligro es el mismo porque las hay a mansalva al otro lado de los Pirineos, y ya sabemos que la radiactividad no sabe de fronteras. Es como cuando se oponen a extraer el petróleo que hay cerca de Lanzarote, por miedo a las mareas negras, cuando Marruecos puede hacerlo desde el mar que controla y el peligro es el mismo, aunque no el beneficio. No defiendo ninguna de las dos cosas, pero en este mundo globalizado las decisiones unilaterales no sirven. Esperemos que lo de Nimes no sea tan grave como lo de Chernobil, Harrison o Fukushima.

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El día maldito

Hay fechas numéricas que parecen marcadas por el horror, la intolerancia y la violencia. El 11 de septiembre es una de ellos, a pesar de que en La Aldea de San Nicolás la tienen por el gran día del rito festivo, pues los aldeanos consagran su Charco a la tradición y al futuro. Menos mal que hay al menos un lugar en el que el 11 de septiembre es gozoso.
CHARCO_02[1].JPGCataluña también celebra una fiesta, pero es un recordatorio de aquel 11 de septiembre de 1714 en el que miles de catalanes, liderados por Rafael Casanova en una ciudad sitiada durante más de un año, fueron masacrados, llenando de sangre y de mala memoria las calles de Barcelona. No podemos olvidar tampoco el 11 de septiembre chileno, cuando en 1973, en plena Operación Cóndor organizada en el Norte, acabaron con la democracia, lo que llevó a la muerte directa o inducida de dos figuras tan cenitales como Salvador Allende y Pablo Neruda (el poeta, ya enfermo, moriría el 23). Y, aunque hay más, sin duda el 11-S neoyorkino será para el futuro el día del horror, con detalles que seguramente conocerán nuestro nietos -si es que llegan a saberse-, pues ese día se cerró un ciclo abierto en 1945, al final de la II Guerra Mundial, y empezamos a vivir en otro mundo. Hay quien asegura que también se cerró otro período, el que comenzó con la Revolución Francesa, y por lo tanto más de dos siglos de conquistas sociales se irían desvaneciendo. Alguna razón tendrán porque el derribo de la Torres Gemelas es la señal de un cambio que hasta ahora es claramente negativo. Ojalá pronto también empiece a ser historia, porque este episodio, diez años después, sigue siendo presente porque está en el origen de mucho dolor actual.