a escribir la historia del mundo,
pero no había agua,
Dios se la había bebido»
Estos versos pertenecen al gran poeta, músico y cantor argentino Facundo Cabral, que ha sido asesinado a tiros en Guatemala. Vuelve a cumplirse la maldita paradoja de que las voces que más gritan contra la violencia y la injusticia son segadas injusta y violentamente. Facundo Cabral engrosa el triste listado de quienes pregonaban la paz y fueron acallados por el odio y la prepotencia, que hace creer a los hombres que son diosecillos dueños de las vidas de los demás. Desde Martin Luther King y Gandhi, hasta John Lennon y Roque Dalton, la violencia se volvió contra sus opositores. En cierto modo es hasta lógico, es el instinto del escorpión, porque los violentos no entienden otro lenguaje, como los perros solo saben ladrar. Facundo Cabral ha muerto asesinado, como Víctor Jara, como Jorge Cafrune.
Lo conocimos primero en la voz de Alberto Cortez y luego en la propia, con ese fondo de guitarra pampeana que mantiene con arpegios el aire de la poesía más elevada, que es a la vez voz del pueblo enmudecido. Aprendió Cabral eso de Buenaventura Luna, Atahualpa Yupanqui, José Larralde y su amigo y mentor Jorge Cafrune. La vida personal de Cabral fue una carrera de obstáculos. Estaba predestinado a la soledad, tal vez por eso se compartía con el mundo. Nacido muy pobre, no habló hasta los nueve años y aprendió a leer a los catorce. Pero aprendió bien, leyendo a Borges y Whitman. No sabía si iba más lejos la montaña o el cangrejo (eso decía en una de sus muchas canciones), y en sus libros de poemas mezclaba lo más popular y folclórico con la cultura más sofisticada, como buen discípulo de Borges, maestro de estas y otras mixturas. Decía que se encontró con Dios en la figura de Jesucristo, pero también en la de Gandhi y en una mirada al mundo filtrada por la memoria del gran poeta de Manhattan: «Ama hasta convertirte en lo amado, es más, hasta convertirte en el amor». Entre la rabia y la impotencia, la muerte injusta de Cabral nos lleva a esa Latinamérica violenta, y es un muerto más como las dos docenas que hoy han caído en Monterrey, pero la muerte del poeta y cantor es también el asesinato de una voz que se prestaba a los amordazados. En realidad han disparado contra todas las personas de buena voluntad, contra la inteligencia y la sensibilidad, contra la esencia misma del ser humano.
«No soy de aquí, ni soy de allá», insistía, pero era porteño al fin y al cabo, pues fue a morir un 9 de julio, Día de la Independencia y Fiesta Nacional en Argentina. Es otra triste paradoja. El único consuelo que nos queda es que se puede matar a los poetas, pero nunca a la poesía. Seguiremos escuchando y leyendo al gran amigo del hombre Facundo Cabral, porque, como cantaba Horacio Guarany, «Si se calla el cantor, calla la vida».
Una noticia terrible. Mi homenaje
http://www.youtube.com/watch?v=Nvog14FAB24
http://www.youtube.com/watch?v=zOufGE8DnYk
http://www.youtube.com/watch?v=OiJgay4rw68
Yo me quedo estupefacto, más que sin palabras, sin habla. En esos lugares se mata cobardemente al valor, como a Romero, como a Ellacuría.
La basura del otro lado, la de los Tiranos Banderas, estará hoy de enhorabuena. Majestuosos príncipes envueltos en púrpura les darán la comunión, mientras a los otros, simples altares sin ornato les hablarán de justicia, y la palabra del pobre carpintero será otra vez falseada.
Te seguimos teniendo, Cabral.
(PD: Emilio, a Lennon no lo compares, que sí fue asesinado, es condenable y nos conmovió, pero éste no lo fue en defensa de la paz y el amor al que tantos royalties le sacó…)
Saludos.
Nos conocimos en varios aeropuertos, hasta que un domingo en Maiquetia(Caracas) nos sentamos y hablamos , de esto, de aquello y de lo otro.Tenía la misma edad y siento un escalofrìo en todo el cuerpo recordando.¿Por que mueren así los mensajeros de la PAZ? como Cafrune – dijeron que se «cayo» del caballo – ¡ Un hombre de la Pampa? Cosa extraña, no creen Vdes.
«Si se calla el cantor, calla la vida».que triste como tu dices que un ho,bre que cantaba a la paz lo asesinen, que miedo dan las palabras, siempre lo digo, matan a poetas, a escritores y cantautores, nos vamos quedando solos. Descansa en Paz Cafrune.
Perdona Sergio da igual los royaltis en el momento que eres asesinado y el hombre que los encarnaba era Jhon Lenon, puede haber un compromiso mayor en algunos pero todos cantaban y escribian sus letras!!No es igual si asesinan a Joan Baez que a Chavela Vargas? ojala que no pase nunca, es como Bob Dylan, el otro dia J.C. decía que las letras eran cursis, en su derecho está pero recuerdo a Casasas padre e hijo, que nos reuníamos por la tarde en la Universidad para oir a Bob Dylan , estaba prohibido, y hoy pensamos lo que canta «La respuesta está en el viento»»
…fue asesinado, es condenable y nos conmovió…
No hagas mezclas entre lo que digo y lo que crees ver, rubia.
Besos.
Sus canciones y poemas ya sonaban en los años setenta ( finales ) muchos de los que entonces teniamos veinte y pocos años cantabamos y compartiamos sus aires de libertat y humanidad.
Lo mataron?, o quiza como el decia en alguna de sus canciones se adelanto para allá donde este nos este esperando para algún dia deleitarnos con sus poesias.