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Energía nuclear limpia y mortífera

La frase que más molesta cuando algo sale mal es » te lo dije», y por eso nunca la uso cuando a una persona le sucede algo sobre cuyos peligros se le había advertido. Sin embargo, cuando hablamos de dirigentes políticos, y más a escala mundial, hay que recordar que desde que en 1945, con las bombas de Hiroshima y Nagasaki, se vieron las consecuencias de la energía nuclear fuera de control, una y otra vez se ha advertido sobre la imposibilidad de controlar unos elementos al cien por cien. 060505_central-nuclear[1].jpgCon la crisis nuclear en Japón parece que las mentes han despertado y ven el peligro, digo yo que será porque en Japón se abrió el terror nuclear y de alguna forma este accidente cierra el círculo. El momento no puede ser más inoportuno, porque con la conflictividad en los países árabes y la situación política en Venezuela también el petróleo está en la picota. Es decir, estamos ante una crisis energética sin precedentes, y si la solución es el biocombustible ya me dirán qué vamos a comer si el maíz, la soja y el trigo los convertimos en gasolina. Ahora vienen los kiries en la UE, y vuelve a producirse el hecho repetido de que lo que no ocurre en años pasa en unas horas. Nadie puede parar las consecuencias de un terremoto de 9 grados, y la soberbia de los seres humanos hace que construyan centrales nucleares en lugares propicios a movimientos sísmicos de gran intensidad. Pero es que, además, las centrales son peligrosas per se, sin terremoto que las ataque, y pueden ocasionar cataclismos terribles. Ocurrió en Chernobil, y las 143 centrales que hoy funcionan en la UE son bombas de relojería. Por no hablar de los depósitos radiactivos. Tal y como están las cosas, yo que soy un enemigo frontal del cine casposo, a lo mejor me voy a ver Torrente 4, para no tener que echarle a la cara a los prepotentes que defienden la energía nuclear la frase devastadora: «te lo dije».

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Los idus de marzo aquí no funcionan

El ciego con el que tropezó Julio César cuando entraba en el Senado le había dicho muchas semanas antes que tuviera cuidado con los idus de marzo. La fecha venía a ser el 15 de ese mes, y cuando llegó ese día, César volvió al Senado; al entrar, le dijo al ciego que ya habían llegado los idus de marzo y nada había ocurrido; el ciego le contestó: «pero aún no han acabado». Minutos después Julio César era acuchillado por los senadores. arquito.JPGEsta historia, mil veces contada y que seguramente es más leyenda que realidad, debía funcionar en los tiempos en que los actos de los políticos tenían consecuencias, aunque no sé si en el vasto territorio de Roma la provincia de Hispania se movía con parámetros distintos. Y es para creerlo, porque aquí los políticos pueden hacer lo que sea, y todo se resuelve con unas declaraciones que básicamente se resumen en tres palabras: «Y tú más». En un país democrático (incluso en la Roma antigua), Camps no podría ser candidato mientras estuviese encausado, un ministro como José Blanco tendría que haber dimitido por no haber resuelto de un vez la conflictividad del transporte aéreo, alcaldes imputados, concejales caciquiles y políticos inanes en general perderían la posibilidad, no ya de ser elegidos, sino de que sus partidos los presentaran como candidatos. Hay ayuntamientos endeudados por procesos judiciales ocasionados por la ineptitud (a veces por malas praxis deliberadas) de personas que, aunque ya no estén en esos cargos, siguen en la política a veces en escalones superiores. Está claro, los Idus de marzo no funcionan en la provincia romana de Hispania.

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La fuerza milenaria de Japón

Mucha gente se asombra de la disciplina del pueblo japonés en medio de una catástrofe como la que ha ocurrido estos días. Otros, que ignoran todo de Japón, se atreven a criticar que no se vean escenas caóticas, gente mesándose los cabellos en un ataque de locura o incluso niños llorando cuando son rescatados por los bomberos. Y es que hay que decir que el pueblo japonés viene de una cultura milenaria nacida en un territorio muy hostil, que se mueve con frecuencia bajo sus pies, lo que no ha sido impedimento para que resplandeciera una civilización importantísima, que tiene en la superación del sufrimiento una de sus bases genéticas. jjaaappoo.JPGSiempre ha estado Japón muy poblado con relación a la época y el escaso territorio que, además, tenía la dificultad añadida de estar dividido en casi siete mil islas (sí, 7.000), aunque son las cuatro mayores las que reúnen el 97% del territorio. Para hacernos una idea, Japón es 2/3 de España en extensión y tres veces en población. Es decir, su densidad es cuatro o cinco veces la española, y no es precisamente un lugar con grandes recursos naturales, por lo que la tendencia expansionista japonesa de siempre tiene que ver con la necesidad de buscar fuera lo que no tienen en su territorio. Esto ha dado lugar a una cultura de resistencia y disciplina que se nutre de siglos de aprendizaje en las fuentes de las religiones, pues allí no hay una dominante. Ellos han tomado de las religiones maneras de comportamiento humano que no provienen exclusivamente del budismo, el taoísmo, el sintoísmo, el confucionismo o el cristianismo, y son la suma de todas, pues hay un sincretismo que ha convertido rasgos religiosos diversos en una cultura muy especial. Como consecuencia de ello, veremos cómo en uno pocos años Japón habrá renacido más fuerte que antes del terremoto, pues saben aprovechar los desastres para reconstruirse cada vez mejor. Esta desgracia es impulso para el futuro. Por eso son tan disciplinados, por eso no lloran, por eso son tan admirables.