¿Por qué JFK roza el mito?

Como cada año por estas fechas, los medios se ocupan del aniversario del asesinato del Presidente Kennedy, ocurrido en Dallas el 22 de noviembre de 1963. Hay tres o cuatro presidentes de Estados Unidos que rozan el mito, Washington porque fue el general de la Independencia y primero de la lista, Jefferson porque fue el gran pensador de la revolución americana, Lincoln porque ganó una guerra civil y abolió la esclavitud y Rooesevelt porque sacó al país de la Gran Depresión con una guerra y batió el récord de permanencia. Eso a grandes rasgos, porque todos tenían sus luces y sus sombras. El quinto presidente mítico es Kennedy, que no llegó a cumplir tres años en la Casa Blanca, pero por unas razones o por otras no es un presidente más. Ni siquiera lo mitifica su muerte televisada; otros como Garfield o McKinley también fueron asesinados y se pierden en la lista.
zIndice63[1].jpgLa cuestión es que Kennedy no era más que otros, pero respondió a una demanda del pueblo americano. Fue la gran esperanza y la gente personificó en él sus ilusiones de cambio. Sin duda él respondió a las demandas, y aunque casi nos mete en una guerra nuclear impulsó la Ley de Derechos Civiles y acabó con 15 años de mccarthismo. Kennedy fue una necesidad, porque no era un santo, pero el sistema no estaba dispuesto a que imprimiera a aquella sociedad el cambio de rumbo que demandaba. Su hermano Robert quiso seguir su estela, pero ni siquiera lo dejaron pisar el despacho oval, no fuera a resucitar el entusiasmo que el pueblo depositó en JFK. Cuando mataron a Kennedy cambiaron el rumbo del mundo para los siguientes cien años, y eso lo sabe el inconsciente colectivo. Sus devaneos amorosos y sus juergas con el clan Sinatra son menudencias históricas para el papel couché. Lo importante fue que representaba un objetivo y con su muerte se abortó. Luego todo ha sido gris, manejado por los poderes económicos a los que él desafió y por eso se lo llevaron por delante.
En aquel momento se necesitaba un revulsivo y JFK lo encarnó. Llegó como Obama, pero, al contrario que este, no se entregó a los republicanos y al capitalismo salvaje. Pudo ser otro, pero fue él. Por eso, 47 años después, roza el mito. Nunca sabremos qué habría pasado si hubiera completado los ocho años de los dos mandatos, pero como lo mataron en el momento justo no tuvo tiempo de embarrarse en Vietnam, aunque en este asunto tampoco sabremos si habría actuado como Johnson y Nixon. Con él se fue una promesa sin tiempo para cumplirse.

3 opiniones en “¿Por qué JFK roza el mito?”

  1. ¿Por qué JFK roza el mito?
    Porque se acostó con Marilyn.
    Haber vivido para que te canten aquel feliz cumpleaños justifica la cración del mito, hijo mío.

  2. Me hace gracia lo que pone Sergio, efectivamente eso alentó el morbo, además era un mujeriego seductor con encanto, no como Clinton que se contenta con una lista becaria que la habían puesto seguro para probocar el escándalo Becaria, pero JFK tenia el glamour del sueño americano, era guapo, joven, casado con una mujer qu revolucionó la estética, pertenecer al clan Kennedy no era cualquier cosa, sus luces cegaban demasíado para no verle sus sombras .
    Jugaba con sus hijos pequeños muy monos ellos, sobre todo Jhon Jhon, que guapo de mayor pero la maldición de esa saga hizo que muriera en accidente. Sus hermanos mujeriegos, seductores y la que más me gustaba era aquella anciana consumida la matriarca del Clan Rose Kennedy, todo un ejemplo de valentía, sobre todo mostrar pena cuando su esposo ejemplo para sus hijos de chulo piscina ella bordaría el rol de viuda. El Bloqueo a Cuba quedó en la nebulosa, es como un cuento, un hombre que aún hoy se le recuerda,hasta su muerte fue especial, rodada en directo .
    Y luego todo lo que se movió con su asesino, que dicen que no lo era…continúa el espectáculo, la única sensata de esa familia es la Hija que nunca sale en revistas, (por si las moscas)

  3. Jack, ¿qué te han hecho?»
    Los guardaespaldas de John F. Kennedy recuerdan su asesinato en Dallas y muestran su sentimiento de culpabilidad –
    Fotograma del vídeo que muestra el momento del asesinato del ex presidente de EE UU John Fitzgerald Kennedy en Dallas- REUTERS
    Sigue siendo el asesinato con más incógnitas y el que más da que hablar. 47 años después, los guardaespaldas de John F. Kennedy han relatado en un nuevo libro sus recuerdos de aquel 22 de noviembre de 1963, día en el que el presidente de Estados Unidos fue asesinado.
    Los hombres encargados de su seguridad describen el sentimiento de culpa que los ha acompañado desde entonces.
    «Sentía que debería de haber hecho algo más, moverme más rápido, reaccionar antes», dice en The Kennedy Detail el ex agente de seguridad Clint Hill, que tras lo sucedido se refugió en la bebida y las pastillas para olvidar su culpa. Ahora parece haber salido de ese pozo.
    En el famoso vídeo del asesinato, Hill es el hombre al que se ve correr hacia la limusina que transportaba a Kennedy en el tiroteo en Dallas, Texas, realizado por un ciudadano llamado Abraham Zapruder.
    Casi cinco décadas después, la larga y oscura melena de Hill se ha encanecido, sus rasgos faciales se han acentuado y sus pronunciadas ojeras parecen denotar la angustia y las pesadillas que asegura haber padecido durante años.
    Pero el paso del tiempo ha tenido también su lado bueno, al ayudarle a congraciarse consigo mismo y darse cuenta, tras varios viajes a Dallas, uno con su esposa en 1990 y el segundo con otros ex guardaespaldas en junio pasado, que hizo lo mejor que podía hacer.
    «Llegué a la conclusión de que no hubo nada más que pudiese haber hecho aquel día», afirmó la semana pasada durante una conferencia en la Universidad de Georgetown en Washington sobre el libro que sale hoy a la venta y el documental televisivo sobre el tema que debuta este lunes en la pequeña pantalla estadounidense.
    El ex agente espera también que el libro contribuya a desacreditar las numerosas teorías de la conspiración sobre el asesinato de Kennedy.
    Hill dice no tener duda alguna de que fue Lee Harvey Oswald el que asesinó a Kennedy y está convencido de que actuó en solitario.
    El libro es obra de Jerry Blaine, otro ex guardaespaldas de Kennedy, y la periodista Lisa McCubbin y recoge el testimonio de varios ex agentes de seguridad.
    Blaine reconoce en la obra algo que hasta ahora no se había publicado, que horas después del fallecimiento de Kennedy, durante la madrugada del 23 de noviembre, estuvo a punto de matar por error al hombre que pasaría a ocupar su lugar en la Casa Blanca, el presidente Lyndon Johnson (1963-1969).
    El incidente tuvo lugar a las 02.15 de la madrugada, cuando Blaine, que llevaba 40 horas sin dormir, creyó oír un intruso en la residencia de Johnson y se encontró frente a frente con el nuevo presidente apuntándolo con una pistola cargada.
    «Se puso pálido, se dio la vuelta y se fue y eso fue lo último que se volvió a decir de lo ocurrido», recuerda Blaine, quien, al igual que Hill también ha sentido un «terrible» sentimiento de culpa durante años.
    El nuevo libro ofrece también una detallada descripción del 23 de noviembre en Dallas.
    Hill recuerda cómo cuando llegó al vehículo que transportaba al presidente, el tercer disparo había impactado ya su cabeza, justo encima de la oreja derecha.
    «Le abrió un orificio del tamaño de la palma de mi mano», relata el ex guardaespaldas, quien recuerda haber oído a la primera dama Jackie Kennedy decir: «Jack, ¿qué te han hecho?».

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