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Una situación muy peligrosa

Las religiones siempre fueron motivo de enfrentamiento entre los hombres. Desde que Akenathon trató de acabar con el politeísmo egipcio -que se reinstauró cuando él desapareció- las religiones han hecho derramar mucha sangre, en el circo romano, en Las Cruzadas, en la Guerra Santa y en guerras incluso entre musulmanes (omeyas-abassíes, sunís -chiítas) o cristianos (las guerras de Carlos V contra los protestantes, las guerras civiles en Inglaterra y Francia). Eso parecía haberse superado después de la Revolución Francesa, pero estamos otra vez en el mismo punto que hace quinientos o mil años.
aisrr.JPGLos fundamentalistas islámicos funcionan como la Inquisición, o como los reyes españoles que expulsaron a musulmanes, judíos y moriscos (también expulsaron a los jesuitas). Jerusalén, ciudad sagrada para las tres grandes religiones monoteístas, es motivo de pugna como en tiempos de Godofredo de Buillón, Federico Barbarroja y Ricardo Corazón de León. Lo de los judíos es un caso excepcional, porque se han mantenido unidos por la religión durante dos milenios, repartidos por todo el mundo. La torpeza de las grandes potencias y el empecinamiento de las religiones han dado lugar a un conflicto que se desarrolla en una pequeñísima parte del mundo, pero que tiene unas repercusiones planetarias. Y uno se pregunta, a riesgo de ser considerado ingenuo, cómo es posible que un pequeño estado, con la extensión de Badajoz, se atreva a desafiar al mundo y hasta a dejar plantado al Presidente de Estados Unidos. Israel se queda solo, porque esta situación le hace romper con Turquía, uno de los pocos países musulmanes con el que mantenía relaciones. No sabemos qué harán Egipto y Siria, aunque sabemos que Jordania obedecerá ciegamente a Washington. ¿Dejará Obama que lo toree Tel-Aviv como ha hecho con los últimos ocho presidentes de Estados Unidos? ¿Qué hará la UE? Creo que sé las respuestas, me temo que nadie hará nada más allá de lamentar los muertos, porque ya sabemos que las resoluciones de la ONU se las pasa Israel por el Muro de las Lamentaciones. El globo se sigue hinchando, y el equilibrio de fuerzas en Oriente Medio ya no es el mismo que hace diez, veinte o treinta años. El peligro es tremendo.

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España y el Mundial

Cuando llega junio se vislumbra el verano, pero este año parece que se ve a través de un cristal empañado. En una lista de cuatro años seguidos, divisamos en este mes unos juegos olímpicos, una Eurocopa o unos Mundiales de Fútbol. Hay un año que se queda cojo, que no es este precisamente. a estadiooo.JPGEspaña va al Mundial de Sudáfrica en plan de favorita, y eso siempre es malo, porque una cosa es que los demás lo digan, pero cuando los propios jugadores españoles se autoproclaman candidatos al título la cosa me gusta menos. La prueba es que no estuvieron finos en su primer partido de preparación frente a un rival teóricamente goleable. A lo mejor es una estrategia para que los demás se confíen. Pero en esto yo creo que tiene que ver más la memoria colectiva que el juego. De toda la vida, Italia, Alemania, Brasil y Argentina son las que se llevan la palma, aunque no estén en su mejor momento. Hay que añadir a Francia, que últimamente siempre cuenta. Si no me falla la memoria -que puede ser-, desde hace treinta años sólo estas cinco selecciones han jugado la final. Curioso, y da igual que ande de por medio la rutilante Holanda, la sorpresiva Croacia o una desconocida Dinamarca en su momento de gloria. Cuando quedan cuatro equipos, siempre salen de esta lista de cinco. Ojalá se rompa la racha y España pase a formar parte de ese club selecto, y que gane si es posible, pero aviso por si hay quien cree ciegamente que España va a ganar el Mundial. Los números dicen que ahora mismo España es la mejor selección del mundo, pero no hay que fiarse, y si no sale como se espera tampoco es una tragedia, es sólo fútbol, aunque como está el patio no estaría mal una alegría colectiva.

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Oriente próximo: error tras error

El ataque de Israel a la flotilla de ayuda humanitaria no tiene justificación posible. Es un crimen se mire por dónde se mire, y si una acción así fuese perpetrada por cualquier otro país la comunidad internacional tomaría cartas muy duras en el asunto. Recordemos, por ejemplo el bombardeo de Belgrado por parte de la OTAN, por poner un ejemplo relativamente reciente.
Pope-roadS[1].jpgYa sé que lo que se refiere a Oriente Medio levanta ampollas, porque estamos hablando de pueblos masacrados en algún momento de la historia. Ayer los judíos, hoy los palestinos. Sin duda uno de los grandes errores políticos del siglo XX es la creación del Estado de Israel. Gran Bretaña no estuvo muy fina y los demás aliados tampoco tuvieron visión de futuro, y dejaron que el sionismo y la vieja Declaración Balfour pesaran más que todo lo demás. Ahora, Israel parece tener carta blanca, posee armamento nuclear y está rodeado de potenciales enemigos. Está claro que si no se consigue un acuerdo nada bueno puede esperarse. Ya sé que esto suena a ingenuidad, porque nadie parece querer acuerdos sino que se encomienda a la fuerza. Con acciones como este ataque a la ayuda humanitaria se sobrepasan las más elementales fronteras de la ética. Mal vamos. Y al fondo, siempre la religión.

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(La foto es del Monte Sión, cerca de Jerusalem)