Por lo visto soy escritor
Ahora que ando con una muñeca inmovilizada y veo las estrellas para escribir este post, me resulta curioso cómo las demás personas tienen una imagen de nosotros que nos sorprende. Yo escribo y publico hace muchos años, pero tengo otras parcelas en mi vida. Pero a la gente lo que les ha calado es que soy escritor, porque cuando me ven con el brazo en cabestrillo primero me preguntan cómo sucedió el accidente y luego se acuerdan de que escribo y casi siempre dicen que menos mal que, siendo diestro, sigo teniendo hábil la mano derecha para escribir. Es decir, no se plantean otras actividades mías, con lo cual deduzco que me consideran escritor.
Lo siguiente es evocar a dos gloriosos mancos de nuestra literatura, a cual más admirable: Cervantes y Valle-Inclán. Y enseguida surge la lista de ilustres que alcanzaron la gloria con una discapacidad. Borges se fue quedando ciego, el Homero legendario dicen que tampoco veía, Galdós perdió la visión en los últimos años de su vida y dictaba. Músicos como Ray Charles o Stevie Wonder fueron o son ciegos, pero tienen oído. El colmo es Beethoven que se fue quedando sordo y dicen que, al final de su vida, cuando compuso la Novena Sinfonía -una obra maestra- ya estaba como una tapia.Pero los escritores mancos de otras épocas no usaban computadoras y con una mano se arreglaban. El ordenador es un gran avance pero una lata para los que tratamos de escribir en un teclado con una sola mano. Por eso he vuelto momentáneamente al bolígrafo para escrituras largas.