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¿Un mundo feliz?

Ha visitado España el científico Michio Kaku, que ha hablado de los avances que nos esperan en el futuro inmediato. Teniendo en cuenta que nuestro actual teléfono móvil es más potente que los ordenadores de la NASA que llevaron el hombre a La luna, todo es posible, según él, y viendo que algunas de las cosas son ya una realidad. Está claro que nos quieren controlar a través de la ultradesarrollada sociedad de la información, que es de ida y vuelta, porque sebemos de los demás pero también lo saben todo de nosotros.
_MG_6952.jpgYa existen gafas conectadas a Internet, y si hablamos de ropa inteligente, que controla la temperatura, el ritmo cardíaco y hasta avisa a la ambulancia automáticamente en caso de que nos dé un jamacuco, de chips por todos lados, hasta el punto de que podremos conocer la biografía de cada una de las personas con que nos crucemos en la calle en segundos, y por imaginar se habla de teletransportarnos y cosas por el estilo.
La verdad es que no estoy seguro de querer vivir en ese mundo orwelliano, aunque de algún modo ya habitamos en él, si pensamos en lo distinta que es la vida cotidiana actual en comparación a veinte años atrás, cuando nadie tenía orenadores, Internet o móvil. Para lo que no parecen querer encontrar solución es para el hambre, las desigualdades y la locura que están poniendo en peligro nuestra supervivencia como especie. Y Cuando hablan de lo potente y barata que es la energía derivada del hidrógeno, del agua del mar y otras formas no contaminantes, me entra la risa, porque ya se encargarán las multinacionales del petróleo de que eso nunca sea una realidad.

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El continente envejecido


Europa ha sido conocida durante décadas como «la vieja Europa», que era casi un halago, porque se remitía a sus gloriosos siglos de cultura (también de guerras interminables). Ahora, Europa es vieja, literalmente, pues la esperanza de vida ha subido como en ninguna otra parte, debido sin duda a la generalización del Estado del Bienestar. Y esa es la vaina, que todavía no nos atrevemos a cambiar el concepto de «Estado de Bienestar» por el de «Sociedad de Bienestar». apensio.JPGTodo el mundo creyó que esto era una línea que se prolongaría hasta el infinito, pero no es así, y ahora estamos llegando tarde a muchas citas. Este debate no sólo tiene lugar en España, es el debate diario en todos los países de la UE, pero en todas partes cuecen habas, y en lugar de poner manos a la obra (más vale tarde que nunca) quien más quien menos se despacha echando la culpa a sus antecesores. El último ha sido Sarkozy, que en lugar de hacer propuestas mira hacia atrás, incluso muy atrás, porque se salta a Chirac y echa todas las culpas del retraso a Miterrand, porque rebajo la edad de jubilación de 65 a 60 años. El caso es que el debate está abierto, pero hay que cerrarlo y cuanto antes, para actualizar un mecanismo que garantice el bienestar de los jubilados dentro de veinte años. Ya lo dijo Ignacio Baeza esta semana en el foro de Canarias7, pero yo creo que hay que hilar muy fino, y no mirar tanto la edad de jubilación como los años cotizados, porque pudiera suceder que alguien con 60 años hubiese cotizado 40, y otros con más edad hubiesen aportado menos. Y eso sería muy injusto.

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Éramos pocos…

acorre.JPGPor si ya no fuera enrevesado el laberinto en que andamos metidos, ahora se complica la situación en la frontera entre las dos Coreas. Allí meten mano los norteamericanos, los chinos y supongo que Moscú tampoco estará quieto, mientras la UE, como siempre, esperando a ver qué dice el amigo americano. Bruselas ha perdido una oportunidad de oro de involucrarse diplomáticamente en el pulso que mantiene Irán con Occidente, y ya nos ha adelantado Lula, sí, Lula Da Silva, el brasileño, que está haciendo valer su prestigo para intentar suavizar la situación con Teherán.
Como se monte la tangana en Corea, ¿la UE estará otra vez para mandar tropas como hace en Afganistán? La broma nos cuesta 700 millones de euros al año sólo a los españoles, y aquello es un callejón sin salida. Europa se está durmiendo en los laureles de su historia de preponderancia, pero hoy las cartas están repartidas de otra manera, y la UE debe hacer valer el peso que realmente tiene y no practicar el seguidismo con Washington, que al fin y al cabo defiende sus propios intereses, no los europeos.
¿Se imaginan el peso político y económico que tendría una Europa unida, sumando Alemania, Francia, Reino Unido y una veintena de naciones más que juntas son todo un poderío (España, Italia, Polonia, Suecia, Holanda…)? Pero mientras Sarkozy y Merkel sigan jugando a ver quien pita más y en Londres sigan hablando inglés con acento yanqui, da igual que sean galgos o podencos, nos pillarán. ¡Qué oportunidad histórica se perdió en Lisboa!