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La ciencia, esa desconocida

El conocimiento humano es muy pequeño. Sabemos muy poco de nuestro universo, de nuestro planeta e incluso de nosotros mismos. Pero algo sabemos, porque la curiosidad es el motor de la ciencia y la investigación científica. No estoy de acuerdo con quieres achacan a la ciencia todas las desgracias humanas, y sólo tenemos que ver cómo ha crecido la esperanza de vida, el bienestar y la comodidad en la vida cotidiana.
aciencia.JPGEn estos días se ha batido un récord científico con el acelerador de partículas. Eso nos suena a chino, pero lo mismo nos sonaría la composición de la electricidad y vivimos cada día conectados a docenas de mecanismos que sin la electricidad no podrían funcionar. Es verdad que la investigación científica conduce a veces a bombas e ingenios destructivos, pero también salva vidas y hace que el mundo funcione. Sin la ciencia, seguiríamos en la Edad de Piedra, o antes, porque hacer un hacha de sílex también es fruto de la investigación.
De manera que la ciencia es como el destornillador, que bien utilizados tienen una utilidad, pero en manos de desaprensivos se puede convertir en algo destructivo. La idea clásica del hombre total, rescatada en el Renacimiento es buena, aunque en nuestro mundo, la amplitud de los conocimientos es tanta que es necesaria la especialización. Y aún así seguimos sabiendo muy poco.

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¿Católicos perseguidos?

No está en mi ánimo discrepar sobre religión, que es asunto personal e íntimo donde los haya, pero entiendo que los practicantes de cualquier credo deben ser respetados al máximo, y al mismo tiempo tienen que respetar a los creyentes de otras religiones o creencias. Y esto lo digo porque he escuchado en estos días con insistencia que no se respetan las manifestaciones públicas de fe a los católicos, y que hay una campaña contra la Iglesia.
adolorosa.jpgEso es muy discutible, porque una creencia que está presente continuamente en los medios, que ocupa las calles con manifestaciones públicas de su credo como son las procesiones, que tiene representación en muchos foros y que dice lo que quiere y cuando quiere no pude arrogarse el cartel de perseguida. Es más, interviene en asuntos civiles, a veces sobrepasando su función religiosa y tratando de incidir en la soberanía legislativa que tiene todo Parlamento democrático. Los católicos pueden presumir de cualquier cosa, menos de que están perseguidos o siquiera poco respetados en nuestra sociedad. Es la religión mayoritaria, lo sé, pero una democracia se distingue precisamente porque mayorías y minorías deben tener el mismo trato, y está claro que eso no sucede. Cada vez que hay un argumento contrario, dicen que hay una campaña contra La Iglesia. El victimismo como arma.
Se habla de los casos de abusos sexuales a niños en el seno de la Iglesia Católica a raíz de la carta y las declaraciones del Papa, condenando primero a los pederastas y pidiendo luego indulgencia para ellos desde el balcón de San Pedro. La jerarquía en España se ha apresurado a decir y a hacer que digan sus voceros que hay una campaña de descrédito contra el catolicismo y que se le achaca toda la pederastia del mundo cuando hay otros colectivos que también la han perpetrado.
Vayamos por partes. No se trata de que haya pederastas en un colectivo concreto, pues la hay en muchos, el problema es que La Iglesia los ha ocultado, y aquí no vale la disculpa de no querer escandalizar. Cuando hay un policía corrupto es la propia policía la que lo detiene y lo pone a disposición de los tribunales. Luego dicen que no hay por qué darle más importancia a un pederesta si es religioso que a otros que no lo son. Pues sí que hay que dársela, porque la pederastia es un delito, una aberración y un crimen en cualquier caso, pero hay gradaciones en razón de la confianza que la sociedad y las víctimas hayan depositado en el que delinque.
apederastia.JPGSi el pederasta es alguien que no tiene ascendiente sobre la víctima, es muy grave. Si es un entrenador deportivo, es más grave aún. Si se trata de un profesor, la gravedad es más tremenda, y si hablamos de un eclesiástico eso ya no tiene ni nombre, porque se trata de una relación de confianza espiritual muy profunda. Claro que la pederastia en La Iglesia es más escandalosa que ninguna otra, siendo todas injustificables. Eso no es estar en contra los católicos, sino de la pederastia. Denunciarla y perseguirla ha de hacerse por justicia y por el bien de la propia Iglesia (La verdad os hará libres).
Pero finalmente creo que si hay una campaña contra el Papa -que no sé si la hay- esta procede del seno de la propia Iglesia, y estos lodos pueden venir de los polvos de cómo fue y por qué la elección de Ratzinger para el solio pontificio. Hay discrepancias, y estas se notan en declaraciones como las del cardenal Martini, peso pesado del cardenalato, en un asunto tan tabú como el celibato, que por otra parte no figura en ninguna parte del Evangelio y es una práctica adoptada hace diez siglos; es decir, durante la mitad de su existencia, matrimonio y sacerdocio no eran incompatibles, como tampoco lo son ahora mismo en las iglesias orientales, algunas incluso que siguen a Roma. Y claro, lo del celibato es un arma como otra cualquiera. Ya verán cómo un día de estos aparece otro jerarca de la Iglesia abriendo una puerta al debate sobre el sacerdocio femenino. Se trata de desestabilizar, pero, insisto, tiene toda la pinta de un asunto interno.

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Los ojos abiertos de Miguel Hernández

ahdrez.JPGEl 28 de marzo de 1942 murió el poeta Miguel Hernández. Como se ha dicho, «lo murieron» en el abandono, sin que nadie hiciera el menor esfuerzo por arrancarlo a la muerte. Fue de una crueldad mayor que si directamente lo hubieran fusilado, porque dispusieron igualmente de su vida y dejaron que se consumiera en el dolor. El 30 de octubre se cumplen 100 años del nacimiento de un poeta al que sólo le dejaron respirar 32 años. Dicen que lo amortajaron con los ojos abiertos, aquellos enormes ojos que tan bien dibujó Buero Vallejo, su compañero de celda. Esos ojos abiertos para toda la eternidad se le clavaron en el dolor de su gran amigo Vicente Aleixandre, su hermano mayor, uno de los pocos que se tomó en serio a Miguel Hernández. Desde entonces, Aleixandre usó esa imagen de los ojos abiertos para siempre hasta el infinito, pues nunca dejó de recordar la infamia cometida con su amigo. Es hora de recordar al poeta que fue viento del pueblo, a su compañero de celda, el gran dramaturgo Buero Vallejo, que fijó su mirada para siempre en carboncillo, y a su amigo, Vicente Aleixandre, que le mantuvo siempre la mirada.